
No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido,ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado en la Cruz y escarnecido.Muéveme ver tu cuerpo tan herido muéveme tus afrentas y tu muerte.Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,que aunque no hubiera cielo, yo te amara,y aunque no hubiera infierno, te temiera.No me tienes que dar porque te quiera;pues aunque lo que espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera.
Que el Señor en toda su infinita bondad te vea y mantenga siempre cerca de El, por tu salvación y la de los Tuyo...
ResponderBorrarMarco Polo Hernández