29 dic 2008

MÍSTICA CIUDAD DE DIOS 6ª


MÍSTICA CIUDAD DE DIOS: PARTE 611. Un día de éstos, para respirar un poco, clamé de lo profundo de mi corazón, y dije: ¡Ay de mí, que a tal estado he venido, y ay del alma que se viere en él! ¿Adónde iré, que todos los puertos de mi salud están cerrados? Luego me respondió una voz fuerte y suave en el mismo interior: ¿A dónde quieres ir fuera del mismo Dios? Conocí en esta respuesta que mi remedio estaba propicio en el Señor y con el aliento de esta luz comencé a levantarme de aquel confuso abatimiento en que estaba oprimida y sentí una fuerza que me fervorizaba en los deseos y en los actos de Fe, Esperanza y Caridad.Humilléme en la presencia del Altísimo y con segura confianza en su bondad infinita lloré mis culpas con amarga contrición, confeséme de ellas muchas veces y con suspiros de lo íntimo de mi alma salí a buscar mi antigua luz y verdad. Y como la Divina sabiduría se anticipa a quien la llama (Sab., 6, 17), salióme luego al encuentro con alegre semblante y serenó la noche de mi confusa y dolorosa tormenta.12. Amanecióme luego el claro día que yo deseaba y volví a la posesión de mi quietud, gozando la dulzura del amor y vista de mi Señor y dueño, y con ella conocí la razón que tenía para creer, admitir y reverenciar los beneficios y favores de su brazo poderoso que en mí obraba. Agradecílos cuanto pude, y conocí quién soy yo y quién es Dios y lo que puede la criatura por sí sola, que todo es nada, porque nada es el pecado, y lo que puede levantada y asistida de la Divina diestra, que sin duda es mucho más de lo que imagina nuestra capacidad terrena;y abatida en el conocimiento de estas verdades y en presencia de la luz inaccesible, que es grande, fuerte, sin engaño, ni dolor, y con esta inteligencia se deshacía mi corazón en afectos dulces de amor, alabanza y agradecimiento, porque me había guardado y defendido 2 para que en la noche de mis confusas tentaciones no se extinguiese mi lucerna (Prov., 31, 18), y en estea gradecimiento me pegaba con el polvo y humillaba hasta la tierra.
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28 dic 2008

HISTORIAS PARA REFLEXIONAR


Cuenta una leyenda
que un 24 de diciembre de un año desconocido un exitoso hombre de negocios se apuraba a llegar a la carnicería antes de que cerraran.¿Va a comprar su pavo de Navidad? - preguntó un amigo.No. Hot dogs - respondió el hombre.Después explicó cómo, años atrás, un fracaso rotundo en sus negocios le había quitado toda su fortuna. Había tenido que enfrentar la Navidad sin trabajo ni dinero para regalos, y con menos de un dólar para comprar comida.Ese año, él, su esposa y su hija pequeña dieron las gracias antes de cenar y comieron hot dogs.Toda una jauría de ellos - rió.Su esposa le había puesto a cada salchicha, palillos de dientes que simulaban las piernas, y pajitas para las colas y los bigotes. Su hija estaba fascinada, y contagió su alegría a todos. Después de la cena dieron gracias de nuevo por el momento más amoroso y festivo que habían tenido jamás.Ahora es una tradición, dijo el hombre. Hot dogs para la Navidad, nos recuerda ese feliz día cuando nos dimos cuenta de que nos tenemos los unos a los otros y de nuestra capacidad de reír y celebrar.Esta pequeña y anecdótica historia nos permite recordar que Jesucristo, quien dio origen a la Navidad, debe ser nuestro motivo para vivir los valores familares de la fraternidad y la unidad y que no es importante el banquete que se pueda servir esa noche, sino que lo que se sirva sea compartido con amor, con humildad, que sea un verdadero tributo de cumpleaños para jesús. Que ÉL los bendiga y conserve con bien derramando sobre vuestras vida luz, amor y paz.
Wilda S Saade de Diaz Colodrero

25 dic 2008

¨MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA 25-12-2008

MEDUGORJE
25/12/2008
Mensaje del 25 de diciembre de 2008
“¡Queridos hijos! Ustedes corren, trabajan y acumulan, pero sin bendición. ¡Ustedes no oran! Hoy los invito a que se detengan ante el Pesebre y mediten sobre Jesús, a quien también hoy les doy, para que El los bendiga y les ayude a comprender que sin El no tienen futuro. Por eso, hijitos, pongan sus vidas en las manos de Jesús para que El los guíe y proteja de todo mal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

18 dic 2008


25/11/2008
Mensaje del 25 de noviembre de 2008
“¡Queridos hijos! También hoy los invito en este tiempo de gracia a orar para que el Niño Jesús pueda nacer en el corazón de ustedes. El, que es sólo paz, done a través de ustedes la paz al mundo entero. Por eso, hijitos, oren sin cesar por este mundo turbulento y sin esperanza, a fin de que ustedes se conviertan en testigos de la paz para todos. Que la esperanza fluya en sus corazones como un río de gracia. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”################################
La tradición cristiana desde sus inicios ha llamado el Adviento un tiempo de gracia pues es el tiempo en que el amor de Dios es particularmente eficaz, fortalece nuestra fe y despierta el deseo de santidad. En su mensaje anterior, la Virgen nos llama en este tiempo de gracia a orar para que el Niño Jesús nazca en nuestros corazones. Hay también otra razón de llamar el tiempo que vivimos un tiempo de gracia: la Virgen ha estado cerca de nosotros de una manera muy especial por más de 27 años. A través de todo ese tiempo, Ella nos ha estado enseñando en su escuela del amor. En su mensaje anterior, Ella nos llama otra vez a orar y nos llama a menudo porque sabe que no oramos. Todos incurrimos en un gran error, y es el pensar que oramos mucho y que somos muy buenos. En el mismo momento que comprendamos y aceptemos que no es así, nuestra conversión comenzará. Juan de Damasco dice: “Orar significa elevar el corazón al Señor”. Eso significa gozar de la proximidad de Dios, de su presencia, su amor y su paz. En el último tiempo, en el mundo hay grandes desórdenes, se siente la crisis financiera que ha afectado todos los grandes países. El hombre de hoy está agitado. Siempre está de prisa, incapaz de alcanzar algo, y eso lo lleva a una mayor intranquilidad. Él está buscando la paz en lugares totalmente equivocados. La Virgen nos muestra el camino hacia la paz: es Su Hijo y Nuestro Señor Jesucristo. En el Evangelio de Juan él dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Jn 14,27). Los que tienen a Dios lo tienen todo. Los que han encontrado a Dios se convierten en portadores de la paz de Cristo.
La Virgen nos llama a orar sin cesar por este mundo turbulento y sin esperanza. La esperanza es una virtud teológica que nos hace anhelar el Reino de los Cielos y la vida eterna como las fuentes de nuestra felicidad, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y no apoyándonos en nuestras propias fuerzas, sino en la ayuda de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es El que prometió” (Heb 10,23). “El Espíritu Santo que El derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna” (Tt 3, 6-7), lo leemos dentro del Catecismo (cf. CIC, 1817). Gracias a la esperanza podemos enfrentar con mayor facilidad los problemas diarios. La redención nos ha sido dada en el sentido que se nos ha dado la esperanza, una esperanza digna de confianza, en virtud de la cual podemos hacer frente a nuestra vida cotidiana: “… el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino”, nos enseña el Papa Benedicto XVI en su Encíclica Spe Salvi.
En este breve comentario del mensaje, recordaremos el octavo aniversario del fallecimiento de Fr. Slavko Barbaric. Fra Slavko tuvo una auténtica devoción infantil hacia la Virgen. Él era incansable en su ministerio. Siempre estaba dispuesto a ofrecer ayuda tanto espiritual como material a cualquier persona que se lo pedía. Lo incluiremos en nuestras oraciones agradeciendo al Señor por darnos la ocasión de haberlo conocido y al mismo tiempo de aprender de él.

Fr. Danko Perutina
Medjugorje, 26.11.2008

7 dic 2008

un mail para reflexionar



Cuenta una leyenda que cierto día , una profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños ¿quién sabría explicar quién es Dios? Uno de los niños levantó el brazo y dijo:_Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella; nos hizo como hijos de Él. La profesora queriendo buscar más respuestas fue más lejos. _¿Cómo saben que Dios existe si nunca lo han visto? La sala quedó toda en silencio. Pedro, un niño muy tímido, alzó la mano y dijo: _Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi leche que ella hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en el medio de la leche, pero si ella me la saca, queda sin sabor. Dios existe y está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos. Pero si Él sale de nuestra vida, ésta queda sin sabor. La profesora sonrió y dijo:_ Muy bien Pedro, yo les enseñé muchas cosas, pero tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo ya sabía. Yo ahora sé que Dios es nuestra azúcar y que está todos los días endulzando nuestras vidas. Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño. Esta pequeña historia, nos deja de manifiesto que la sabiduría no está en el conocimiento, teorías, sobre su existencia hay muchas, pero dulzura como la de Dios no existe todavía ni en las mejores azúcares, y lo mejor de ello es que a Dios lo podemos encontra en cada cosa que tocamos, en cada objeto que admiramos. Que Dios los bendiga , guarde con bien y endulce vuestras vidas

¿Donde estarán las manos de Dios?

Cuando observo el campo sin arar; cuando los aperos de labranza están olvidados; cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto:

¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero, del campesino carente de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol; cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca, se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces sin vender; cuando lo veo dormir en una puerta titiritando de frío; cuando su mirada me reclama una caricia; cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios? Y me enfrento a Él y le pregunto: ¿dónde están tus manos, Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados. Después de un largo silencio escuché su voz que me reclamó:
"no te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas". Y comprendí que las manos de Dios somos "TU y YO", los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje de luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se retienen a sí mismos para ser las manos de Dios. Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían de dar, te pido ahora perdón por el amor que me diste y no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación. El mundo necesita de esas manos llenas de ideales, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización que busque valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan llegar al final habiendo entregado todo con amor. Y Dios seguramente dirá: ¡ESAS SON MIS MANOS!

MARTIRES DE IRAK E INDIA


ORACIÓN, PENITENCIA Y NUESTRA VOZ PARA LOS MÁRTIRES DE IRAK E INDIA EXTERMINIO DE CRISTIANOS EN IRAK E INDIA
Llamamiento de los cristianos iraquíes: "¡Estamos muriendo!" MOSUL, jueves 9 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- "¡Estamos muriendo!" es el trágico llamamiento de los cristianos de Mosul (Irak), que en las últimas semanas han vuelto a ser objetivo de una dramática ola de violencia. El padre Amer Youkhanna, sacerdote del clero de Mosul que vive en Roma, ha explicado a Baghdadhope que las personas de la ciudad iraquñi "han dicho que no tienen palabras para definir lo que está sucediendo, si no se trata de un exterminio". "Nosotros estamos muriendo, me han dicho, y es necesario que nuestra voz sea escuchada". Las familias que aún quedan en Mosul, denuncia, "no tienen dinero para huir, no sabrían adónde ir, y así se quedan encerradas en casa a esperar. Es una situación terrible, quizás nunca antes de ahora, la comunidad cristiana de Mosul ha vivido tal periodo de terror. Quien quiere instaurar el estado islámico en Irak con capital en Mosul, quiere que la ciudad no tenga siquiera un cristiano entre sus habitantes". Monseñor Philip Najim, Procurador de la Iglesia Caldea ante la Santa Sede, ha referido que "grupos armados penetran en el barrio donde viven los cristianos y asesinan a quienes encuentran en la misma calle".
"Son homicidios a sangre fría llevados a cabo a la luz del día y ante decenas de testigos, como si estos grupos quisieran demostrar que pueden obrar impunemente, controlar la ciudad", observó. "El objetivo es, claramente, sembrar el terror para completar la obra de vaciar a la ciudad de su antiquísima población cristiana, que comenzó hace ya años". A estas violencias se añade la cancelación del artículo 50 de la ley que fija las reglas para las próximas elecciones de los consejos provinciales, que en su primera redacción garantizaban la representación de las minorías en estos Consejos. "¿Por qué, ésta es la pregunta que hacemos al mundo, los cristianos iraquíes deben sufrir estos ataques? -preguntó el prelado-. ¿Por qué nos matan y nos niegan nuestros derechos?". Pedimos el respeto de estos últimos, sostiene monseñor Najim, "es un deber", porque los cristianos pertenecen a una minoría pero representan "una parte importante de la historia del país que siempre se ha caracterizado por la coexistencia entre los diversos componentes de su tejido social". "No pedimos más que lo que nos toca -declaró-: los derchos que se nos deben garantizar naturalmente en cuanto ciudadanos iraquíes" porque "no hay paz sin respeto a la vida humana".
Monseñor Louis Sako, arzobispo caldeo de Kirkuk y presidente de la Comisión para el diálogo interreligioso de los obispos iraquíes, recordó por su parte a la agencia SIR que Mosul "siempre ha sido un ejemplo de civilización y coexistencia y por ello sus nobles habitantes no deberían consentir que tales actos violen los derechos de sus pacíficos habitantes". "Los cristianos iraquíes -añadió- no quieren otra cosa que una vida decente y pacífica, quieren cooperar con todos para construir la estabilidad para el bien de su nación, como siempre han hecho a través de su historia". "El mundo nos está dejando solos", admitió con profunda desilusión a Baghdadhope monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Bagdad. También el prelado ha alzado su voz contra la cancelación del artículo 50, que reservaba 15 puestos en seis provincias a las minorías: 13 a los cristianos, uno a los Shabak y uno a los Yazidi. En esta situación, afirmó, los cristianos iraquíes pretenden "continuar haciendo escuchar nuestra voz esperando que nuestro llamamiento sea acogido, no solo en Irak sino en todo el mundo". "Están en juego nuestros derechos ciudadanos, que aunque pertenecientes a una minoría, es cierto, siempre hemos sido ciudadanos iraquíes -declaró-. ¿No le interesa a nadie?"

ASESINATOS DE CRISTIANOS EN LA INDIA
En el día de hoy los hindúes han seguido asesinando a cristianos indefensos e incendiando sus hogares. Y estos crímenes se están perpetrando con la connivencia de las instituciones indias y su mafia policial. Sin embargo, los medios de comunicación occidentales están obviando, de forma asombrosa, toda información referida al exterminio de una minoría religiosa, la cristiana, que desde hace ya demasiado tiempo sufre la impune criminalidad de los radicales hindúes. Se cuentan por cientos los muertos, son 50.000 los que han debido abandonar sus hogares, y 40.000 de los huidos viven refugiados en la selva. Hay monjas violadas en grupo y en plena calle, otras religiosas quemadas vivas, y sacerdotes católicos y pastores protestantes despedazados a machetazos.
El blog portugués MENTES DESPERTAS (junto con otros de Brasil) ha iniciado una campaña en la que ruega que sean enviados mensajes de correo electrónico a las embajadas de India, así como al Gobierno de la India. Se hace necesario que cuanto ante hagamos llegar al Gobierno indio nuestra indignación por el genocidio que se está llevando a cabo a su país, contra sus propios ciudadanos, que aunque sean en su mayor parte "intocables", siguen siendo personas, aunque las castas superiores piensen lo contrario.
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26 nov 2008

ESPIRITU SANTO


Los dones del Espíritu Santo

I. Vivimos rodeados de regalos de Dios. Todo lo bueno que tenemos, las cualidades del alma y del cuerpo..., todo son dones del Señor para que nos ayuden a ser felices en esta vida y alcancemos con ellos el Cielo.
Pero fue sobre todo en el momento de nuestro Bautismo cuando nuestro Padre Dios nos llenó de bienes incontables. Borró la mancha del pecado original en nuestra alma. Nos enriqueció con la gracia santificante, por la que nos hacía partícipes de su misma vida divina y nos constituía en hijos suyos.
Nos hizo miembros de su Iglesia.
Junto con la gracia, Dios adornó nuestra alma con las virtudes y los dones del Espíritu Santo. Las virtudes nos dan la capacidad de juzgar el mundo desde la fe, y de portarnos como verdaderos hijos de Dios.

Es necesaria la cooperación de nuestra libertad, nuestro querer y nuestro esfuerzo para ponernos en camino.
Los dones del Espíritu Santo van conformando nuestra vida según las maneras y modos de un hijo de Dios, para oír y poner en práctica las inspiraciones del Paráclito, que así va gobernando nuestra vida, que
entonces se guía por el querer de iDos, y no por nuestros gustos y caprichos.

Hoy le pedimos al Espíritu Santo que doblegue en nosotros la soberbia; que caliente en nosotros la tibieza en el trato con Dios; que enderece lo extraviado, porque son muchos los apegamientos terrenos, el peso de los pecados pasados, la flaqueza de la voluntad,

De aquí provienen los fracasos y debilidades, los cansancios y derrotas. le pedimos que arranque de nuestra alma el resto de las impurezas, para que suba hasta la Majestad de Dios

II. Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, él dará testimonio de mí. La claridad que recibimos en la inteligencia nos hace conocer y comprender las cosas divinas; la ayuda que alcanza nuestra voluntad nos permite aprovechar con eficacia las oportunidades de realizar el bien que se nos presentan cada día y rechazar las tentaciones de todo aquello que nos alejaría de Dios.

El don de inteligencia nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe;

el don de ciencia nos lleva a juzgar con rectitud de las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y en lo creado en la medida en que nos lleve a Él;

el don de sabiduría nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas y en medio de nuestras obligaciones;

el don de consejo nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás;

el don de piedad nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre;

el don de fortaleza nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar hacia Dios;

el don de temor nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a evitar todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer separarnos de Aquel a quien amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.

Le decimos: Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres; ven dador de las gracias; ven, lumbre de los corazones Concede a tus fieles, que en Ti confían,
tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales el Eterno gozo.
El Espíritu Santo desea darnos sus dones en tal abundancia que formen un río impetuoso en nuestra vida y que produzcan en nosotros sus admirables frutos. Sólo espera que quitemos los obstáculos de nuestra alma, que le
digamos desde lo más hondo:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
No desea otra cosa que llenarnos de su gracia y de sus dones.
Si vosotros -decía el Señor-, siendo malos, sabéis dar buenos regalos a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le piden?
debemos rogar con humildad al Padre que envíe a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual nos hace exclamar: Abba! ¡Padre!
Debemos pedir a Cristo que, mande al que es Consolador óptimo, dulce Huésped del alma, dulce refrigerio.

“Los Apóstoles, a pesar de haber sido instruidos por Jesús durante tres años, huyeron despavoridos ante los enemigos de Cristo. Sin embargo, después de Pentecostés, se dejaron azotar y encarcelar, y acabaron dando la vida en testimonio de su fe”.
Acercarse a la Virgen, Esposa de Dios Espíritu Santo, es un modo seguro de disponer nuestra alma a los nuevos dones que el Paráclito quiera darnos.

EL ESPIRITU DE DIOS.. ESTA EN ESTE LUGAR.
... EL ESPIRITU DE DIOS... SE MUEVE EN ESTE LUGAR,.. ESTA AQUI... PARA LIBERAR,.
. ESTA AQUI... PARA CONSOLAR....ESTA AQUI... PARA GUIAR
EL ESPIRITU DE DIOS ESTA AQUI...MUEVETE EN MI...
MUEVETE EN MI....
TOCA MI MENTE... MI CORAZON... LLENA MI VIDA... DE TU AMOR...
MUEVETE AQUI... DIOS ESPIRITU..
MUEVETE.... EN MI.
INVOQUEMOS ENTRE TODOS
¡AHORA HERMANOS¡
AL ESPIRITU SANTO...CON ESTA ORACION


¡SI ESPIRITU SANTO.¡. ¡
VEN A MOVERTE EN CADA UNO DE NOSOTROS
EN EL NOMBRE DE CRISTO JESUS¡.¡TE INVOCAMOS SOBRE CADA CORAZON,,
VEN A DESBORDAR,,
VEN A RODEARNOS CON TU PODER Y TU GLORIA..
¡HOY TE CEDEMOS TODO NUESTRO SER¡..
PARA QUE TU DIOS DISPONGAS DE NOSOTROS
Y SEAMOS ALABANZA Y GLORIA
PARA NUESTRO DIOS.
¡AMEN¡

15 nov 2008

LA GRAN CRUZADA de la MISERICORDIA


LA GRAN CRUZADA DE LA MISERICORDIA (Libros revelados a Catalina)


CM-1 3-Ene-97 Jesús
Mi pequeña misionera del amor, Yo busco a Mis hijos para
abrazarlos, deseando que Me permitan amarlos y deseando su amor a
cambio. Busco un romance con ellos; un romance de intimidad, no sólo
de amistad sino de amor sincero y para ello les digo: Hijos Míos, confíen
y crean que Yo Soy su Padre y como tal los cuidaré y Me preocuparé por
ustedes…
Este es un tiempo de Misericordia que Mi Padre Me Ha concedido
para enseñarles y guiarlos. Despierten, queridos Míos, a esta verdad y
dejen que al menos la posibilidad exista en sus mentes y en sus
corazones, Yo Me haré cargo del resto; voy a sanarlos y moldearlos en
sus imperfecciones.


IDENTIFÍCATE CONMIGO
CM-3 4-Ene-97 Jesús
(Tuvimos un retiro de primer sábado y en la noche.)
En verdad te digo que Mi Madre es la Reina de Mi Corazón, porque
fue de Su Corazón que la Trinidad formó Mi Corazón…
Al honrarla, Me honran a Mí y Ella dice a Dios Padre que Me ve en
todos ustedes. ¡Eso significa lo mucho que los ama!
El tema de reflexión para hoy es este: la única manera de ganar
verdadera identidad es perdiéndola, comprendiendo que los hombres no
saben amar si no Me conocen. Si ustedes Me conocieran, no tendrían
miedo de perder su identidad. Quiero decir que el mañana vendrá, pero
que si se preocupan con ansiedad, bloquean el alivio de Mis gracias.
De modo que, pongan todos los pensamientos inútiles a un lado.
Descansen, estén en paz por medio del descanso de cada día creado por
Dios y permanezcan Conmigo porque ustedes no están solos, Yo sabré
fortalecerlos en cada momento.
Sean pacientes, acepten el estado en el cual están, reconozcan las
señales y estén en calma, abiertos únicamente a Mí. Ustedes han sido
creados individualmente en Mi amor y donde está el amor ustedes
deben estar. No luchen contra el cambio en su interior. Yo estoy con
ustedes, creando una nueva identidad para ustedes, más real. Este
cambio toma tiempo, únicamente cuídense de no adelantarse o de
regresar a sus formas anteriores. Están cerca a la cima de la montaña. El
temor querrá que regresen, porque al lugar al cual se dirigen el miedo no
puede llegar. Entonces, no le hagan caso, no pongan atención al miedo.
Enfréntense al miedo y vénzanlo. Yo no Soy una ilusión, Soy real y estoy
aquí con ustedes, ¿de qué tienen miedo?
SÉ MISERICORDIOSO Y AMA
CM-4 6-Ene-97 Jesús
(Ante el Santísimo Sacramento.)
Amada mía, haz de tu corazón un brasero de amor para cobijar a tu
Dios. Quiero hablarte de mi Misericordia, quiero enseñarte Misericordia,
quiero que tú prediques mi Misericordia. Pero para hablar de ello
necesitas sentir amor, hablar de él, porque no puede conocer la
Misericordia quien no ame.
Si tú amas es porque Yo te amé primero. Así como Yo soy el Amor,
quien sabe amar permanece en Mí y Yo en él. Mi Padre no me envió
como ofrenda porque ustedes me hubiesen amado, sino porque mi Padre
es Amor y Yo soy uno con mi Padre. Por tanto, entiende que nada es más
dulce que el amor, porque procede de quien es el autor de todo.
De modo que, si tú quieres ser misericordiosa con tu hermano, tienes
que amar primero a esa persona y ser compasiva con ella; y si quieres
tener Misericordia, debes dejarte amar. La Misericordia es la cadena que
se une al amor, porque no se puede amar sin ser misericordioso.
Entiende: mi amor es sin medida, no siente carga, ni valora esfuerzos,
simplemente se da. Ustedes, en cambio, son débiles en el amor e
imperfectos en la virtud, necesitados de mi fuerza, de mi consuelo. Soy
Yo quien valora los trabajos que ustedes hacen, sean grandes o
pequeños.


26 sept 2008

Unete en contra del aborto



Unete en : http://derechoavivir.org/

LO QUE DICE EL CIELOLa Madre Teresa de Calcuta ha dicho: El resultado del aborto será la tercera guerra mundial.” “Yo opino el país más pobre es el que mata los niños no nacidos para poder tener placeres y cosas extras. Temen tener que alimentar a Un niño más.En las múltiples apariciones Marianas de este fin del siglo XX y a través de videntes y estigmatizados Jesucristo y la Santísima Virgen María están enviando a la humanidad mensajes sobre el aborto a muchos de estos profetas de hoy.El hecho es que el Cielo nos está hablando sobre el aborto fuertemente e inequívocamente. Estos mensajes de La Virgen María y Jesús afirman enfáticamente que el aborto es asesinato. La Muerte de los no nacidos es una abominación que dama por la justicia de Dios. Todo el Cielo dama a Dios.Para los líderes mundiales, políticos y líderes sociales que condonan y promulgan estos crímenes contra toda la humanidad, un día ominoso está en el horizonte; un día de gran infortunio. Muchos profetas a través del mundo han visto y reportado un día cercano de justicia. Muchos videntes han reportado visiones de niños abortados confrontándose a sus asesinos. Entre aquellos asesinados hay sacerdotes y santos.”La Santísima Virgen María a uno de los videntes de Oliveto Cifra, Italia; mayo 24, 1985.La Santísima Virgen María al vidente Mike Siate en Lubbock, Texas; 1988: “En una ocasión ella vino a nosotros durante el Rosario vestida toda de blanco como la nieve. Luego su bello traje blanco empezó a volverse rojo como la sangre. Mientras nos arrodillábamos asombrados, ella nos explicó que su traje se volvía rojo por la sangre siendo derramada por sus hijos abortados.”La Santísima Virgen María a Julia Kim, la vidente estigmatizada de las apariciones de Naju, Korea, ¡985 (Estas apariciones están reconocidas por las autoridades eclesiásticas locales). Se le pidió a Julia sufrir mucho por los muchos pecados en el mundo de hoy, incluyendo el abominable pecado del aborto. Julia que recibe mensajes de La Santísima Madre, también experimenta terribles dolores. Estos incluyen dolores de parto de niños siendo abortados.La Virgen habla frecuentemente sobre los atroces dolores. Ella experimenta por la matanza en todo el mundo de millones de bebés en los vientres de sus madres. -“Ora por la prevención de los abortos y por aquellos que los ejecutan.” “El aborto y la experimentación genética están implorando un castigo sobre el mundo.”En julio 29, 1988 Julia experimentó dolores excruciantes. La Virgen María explicó que éstos eran los dolores los embrios sentían luchando contra la muerte mediante el aborto en el vientre de su madre. Julia experimentó cuatro veces el profundo sufrimiento de un niño no nacido siendo matado mediante el aborto. Ella se sintió nauseada y tomó una posición fetal. Julia gritó cuando el bebé iba a ser matado:“¡NO, NO, NO!”; por el severo dolor causado por el instrumento de metal introducido en su matriz. Era el grito de una pequeña criatura tratando de escapar gritando... “¡Mamá! Mamá!”. Y el infante que quería vivir le suplicaba a su madre, “Mamá, no, no...! ¡Mamá, Mamá, no! Yo quiero vivir, Mamá, ayú dame a vivir, ayúdame a vivir, Mamá!... ¡Mamá, Mamá, Mamá!” Las personas presentes que la asistían lloraban amargamente al verla sufrir tanto.La Santísima Virgen María a John Dorwns en el Distrito de Colombia - mayo 27, 1992:“Hijo mío, yo he venido a hablar al mundo. Multitudes me conocen bajo la Imagen de La Virgen De Guadalupe, Nuestra Señora De Las Américas, y Patrona de los No Nacidos. Yo he venido esta tarde según solicita Mi Hijo Jesús que Yo sea reconocida en esta imagen circulada alrededor del mundo como Un medio de conversión y de traer el fin a los pecados del aborto. Aún cuando hablo, Satanás monta oposición a este plan. Pero la Gracia de Mi Corazón es mayor gue todo poder de las tinieblas. Hijo, Yo te doy este mensaje mediante la Gracia de Mi Corazón. Ahora debes darlo a conocer.”La Santísima Virgen al propio John Downs en junio 3,1992:”... Yo deseo hagas saber como mi vientre Virginal duele por los pequeños que son desgarrados del vientre de sus madres. Por eso es que lloro, por tan gran pecado que se ha apoderado de la humanidad...”Nuestro Señor a Nancy Fawler, Conyers, Georgia - marzo 19, ¡991: “... Yo aborrezco los asesinatos en esta tierra. Ustedes han matado los nonatos. Ustedes han matado la palabra de Dios, removiéndola de sus escuelas y de sus corazones. “Pónganme otra vez donde Yo pertenezco.”La Santísima Virgen: “El aborto no sólo mata al niño.., también destruye parte de la conciencia de la madre para siempre. Ambos, la madre y el Doctor tendrán que dar cuentas a Dios por sus acciones. La vida, el alma inmortal, comienza en el momento de la concepción. Las almas de los bebés abortados van directamente al Cielo y se sientan en el trono de Dios. Oren por las madres; pidan arrepentimiento para ellas. Oren por estos Doctores para que tengan un cambio de corazón.Mirjana Dragicevic - Medjugorje, Bosnia-Hercegovina junio 1991-Una de los seis videntes de Medjugorje: A la pregunta Si la Santísima Virgen había mencionado el aborto en Estados Unidos, contestó: “No sólo en Estados Unidos si no en todo el mundo. La Santísima Virgen dijo que no hay pecado para Dios que no pueda ser perdonado. Pero para el aborto hay que hacer penitencia toda la vida, no sólo la Madre si no ambos padres, madre y padre.Dios perdona todos los pecados, incluyendo el aborto. Dios sólo pide que uno regrese a Él y busque Su amor y su perdón.este post lo he sacado de la siguiente pagina--->>http://www.acristopormaria.com.ar/Angelitos/angelitos15.htm
para unirse en contra del aborto ir a : http://derechoavivir.org/

Publicado por PULGASALTARINA
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1 comentarios:
Santiago Chiva de Agustín dijo...
La mayor parte de la gente ve bien el aborto por lo menos en algunos casos límite, como en caso de violación; en youtube hay un vídeo de una mujer de 31 años que nació como consecuencia de la violación de la que fue victima su madre, cuando tenía sólo 15 años. Su madre se vio incapaz de darle los cuidados que merecía su futuro bebé y tomó la valiente decisión de darlo en adopción. Es muy duro ser madre con esa edad y en circunstancias tan dolorosas. Pero pensaría que mayor desgracia era quitar la vida a su hija. Ahora esta mujer da un impresionante testimonio de agradecimiento a su madre y hace una afirmación con toda la fuerza de quién defiende sus propios derechos: “Mi vida no vale menos que la de ustedes debido a la forma en la que fui concebida” Ante esto, sólo puedo darle la razón. Es interesante verlo:http://es.youtube.com/watch?v=MiYMmwmIESA

8 sept 2008

"Mi alma glorifica al Señor"


Mi alma glorifica al Señor"Todo viene de Dios: lo que somos y lo que tenemos, lo que podemos y lo que hacemos. Y así, todo es de El. Del modo más radical, El es nuestro Señor y Dueño: «Ego Dominus». Por consiguiente, debemos vivir sin cesar en la dependencia activa y pasiva más absoluta para con El: hacer u omitir lo que El manda o prohibe, desea o desaconseja. Y, además, dejarlo disponer libremente de nosotros y de lo nuestro, y aceptar con amor sus divinas decisiones.La Santísima Virgen comprendió y practicó todo esto del modo más perfecto. Como vimos en nuestro último capítulo, Ella lo manifiesta por su palabra de consentimiento al gran Mensaje que el Arcángel le trae en nombre de Dios: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra».

Mistica ciudad de DIOS parte 5ª


Misterios, verdades y sacramentos ocultos del Altísimo,conoció ella más que todos los Santos Patriarcas,Profetas, Apóstoles y más que los mismos Ángeles juntos;y todo lo conocía con mayor profundidad, claridad,firmeza y seguridad. Con esta inteligencia penetrabadesde el mismo ser de Dios y sus atributos hasta lamínima de sus obras y criaturas, sin escondérsele cosaalguna en que no conociese la participación de lagrandeza del Criador y su Divina disposición y providencia;y sola María Santísima pudo decir con plenitudque el Señor la manifestó lo incierto y oculto de susabiduría, como lo afirmó el Profeta (Sal., 50, 8). Losefectos que causaban en la Soberana Señora estasinteligencias, no es posible decirlo, pero toda estaHistoria sirve para su declaración. En otras almas son deadmirable utilidad y provecho, porque iluminanaltamente el entendimiento, inflaman con increíble ardorla voluntad, desengañan, desvían, levantan yespiritualizan a la criatura; y tal vez parece que hasta elmismo cuerpo terreno y pesado se aligera y sutiliza enemulación santa de la misma alma. Tuvo la Reina delcielo en este modo de visiones otro privilegio, que diré enel capítulo siguiente.Visiones imaginarias de la Reina del Cielo MaríaSantísima.
para leer mas ir al siguiente vinculo haciendo clic sobre el :

La Alegría del perdón


PERDONAR ES UNA DECISIÓNCon frecuencia, creemos que debemos sentir algo positivo en nuestro interior para poder perdonar de corazón. Pero para perdonar de verdad, no es necesario sentir algo bonito dentro de nosotros, sólo es preciso tener la voluntad de hacerlo, aunque todavía tengamos sentimientos negativos y sintamos rechazo a quien nos ha hecho daño. Perdonar, es una decisión de la voluntad. Y esta decisión la podemos y la debemos tomar para evitar que el odio y el rencor destruyan nuestra vida.Por supuesto que, muchas veces, es muy difícil perdonar a quien nos ha hecho mucho daño a nosotros o a nuestros familiares. Pensemos en quien ha matado o ha violado a nuestro ser más querido. Ciertamente que, humanamente, parece algo imposible. Por eso, el mismo Jesús ya nos avisó que sin Mí no podéis hacer nada (Jn 15, 5). En cambio, podemos decir con fe, como san Pablo: Todo lo puedo en Aquel (Cristo) que me fortalece (Fil 4, 13).Jesús nos dice que debemos perdonar siempre, hasta setenta veces siete (Mt 18, 22). Y, a continuación, Jesús explica la parábola de aquel hombre que debía a su señor 10.000 talentos, una cantidad extremadamente grande, y como no podía pagarle, el señor le perdonó toda su deuda. Y éste que ha sido perdonado, al ver a su compañero, que le debía la pequeña cantidad de 100 denarios, lo mete en la cárcel hasta que le pague. Entonces, el señor llama al que había sido perdonado y le dice: Yo te perdoné tu deuda, porque me lo suplicaste. ¿No debías tú tener compasión de tu compañero como yo la tuve contigo? E irritado, lo entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda. Y añade Jesús: Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdona cada uno de corazón a su hermano (Mt 18).El odio es un veneno, que nos va pudriendo por dentro y no nos deja vivir en paz, llevándonos a la violencia y a la desesperación. Hay personas que van mucho a la iglesia o tienen su casa llena de estampas religiosas, pero su corazón está duro, porque no quieren perdonar. Es como si dijeran: A Dios lo amo con todo mi corazón, pero al que me ha hecho daño, lo odio con todo mi corazón. Y eso es una contradicción. No podemos decir: Yo amo a Jesús, pero odio a mi hermano. Yo rezo a Jesús, pero no rezo por mi hermano. Por esto, sería bueno preguntarnos alguna vez: ¿cuánto amo a Jesús? La respuesta es: Lo amo tanto como amo a mi peor enemigo, pues Jesús ha dicho: Lo que hiciereis a uno de estos mis hermanos más pequeños a Mí me lo hacéis (Mt 25, 40). Y debemos reconocer que, con frecuencia, es muy poco lo que amamos a Jesús, pues es muy poco lo que amamos a nuestro peor enemigo.Una buena manera de liberarnos del rencor es orar por nuestros enemigos, pidiendo a Dios que los bendiga. Es como ir en contra del odio, que nos llama a vengarnos y a desear el mal; la oración nos invita a bendecir y a pedir el bien para nuestros enemigos. De ahí que sería una contradicción que alguien vaya a la iglesia a rezar para que Dios castigue a sus enemigos o mande celebrar una misa para que Dios les haga pagar sus culpas. Dios quiere que perdonemos, no que les deseemos el mal o que le pidamos que los castigue.Otro medio muy importante es la confesión. La confesión es liberación de nuestros pecados, que, a veces, son como pesos insoportables de llevar. Pues bien, cuando nos confesamos del rencor con el propósito y la decisión de perdonar, aun cuando todavía sintamos rechazo a esas personas, ya estamos dando los pasos para descargar así el peso de la venganza o del resentimiento. La confesión es una verdadera liberación, que también nos sana sicológicamente, pues el peso de un pecado grave, no confesado durante mucho tiempo, puede crear tensión interior y malestares que afectan a nuestra salud.Como vemos, ciertamente, ser cristianos no es fácil. Jesús quiere que perdonemos, pero todavía nos pide algo mucho más difícil: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen (Mt 5, 44). Amar a los enemigos es algo realmente, en algunos casos, heroico; pero ése es el ideal, al que debemos aspirar.Si no perdonamos, haremos mala sangre y envenenaremos nuestra vida. Ya lo decía el gran filósofo Max Scheler: El resentimiento es una autointoxicación síquica, es decir, un autoenvenenamiento interior, que hasta produce enfermedades físicas. Por esto y por mucho más, debemos decidirnos a perdonar y dejar el resto a Dios y a la justicia humana. Una vez que hemos puesto de nuestra parte lo que creíamos mejor, incluso denunciando al malvado para que no siga haciendo el mal a otros, podemos dormir tranquilos y tener paz en el corazón. Y, si nos resulta demasiado difícil perdonar, pidamos ayuda a Dios y a nuestra Madre la Virgen María, y a todos los santos y ángeles. Oremos sin cesar, porque el perdón también es una gracia de Dios, que debemos pedir humildemente. Decidamos en este mismo momento perdonar con la ayuda de Dios y así sentiremos la alegría de vivir.Veamos algunos ejemplos concretos: Candice Lee, cuando tenía 21 años fue asaltada y estrangulada por un criminal. Ella dice:- Yo estaba esperando a mi esposo a la puerta del nightclub donde trabajaba, para recogerlo. Era la 1 a.m. Él no me estaba esperando afuera como acostumbraba y yo lo esperé dentro del coche. De pronto, un hombre vino, me abrió la puerta y me sacó a la fuerza del coche, me arrastró un par de casas más abajo y me estranguló hasta morir. Él me asesinó. Yo estaba clínicamente muerta.Yo sentí un fuerte sonido y quedé en total oscuridad, pasando por un túnel oscuro. Tres ángeles me llevaron por el túnel hasta el final, donde se veía una luz muy brillante. Allí vi a mi padre. Él había muerto cuando yo tenía 15 años. También estaban con él otras personas que eran de mi familia, aunque a algunos de ellos no los conocía. Ellos estaban en un lugar inmenso donde parecía que iban a estar para siempre, no había paredes, y todo estaba iluminado por la luz más brillante que se pueda imaginar, más brillante que la luz del sol.En aquel lugar, había una mesa muy grande con un libro sobre ella. Un ángel miró el libro y encontró la página (de mi vida). Los ángeles me llevaron a otro lugar donde estaba Jesús. Yo me arrodillé y los ángeles se colocaron a mis costados de pie. Jesús se acercó a mí y me dijo: "Regresa, todavía no es tu hora. Tú debes enseñar". Jesús estaba brillante. Era pura luz, pero yo podía ver su cuerpo. Vestía ropas blancas ysu rostro era luminoso como una luz incandescente. No hay nada en el mundo más hermoso. Estaba lleno de amor. Se podía sentir su amor.Cuando Jesús me dijo que debía regresar, me encontré de nuevo en el túnel y aterricé en mi cuerpo. Abrí los ojos y vi a mi asesino sobre mí. Él se asustó y se enfureció. Él me dijo: "Tú estabas muerta". Creo que habían pasado unos quince minutos. Yo le rogué: "Por Dios, déjeme vivir". Me dejó y, al rato, vino la ambulancia y la policía. Yo estaba desaliñada y tenía heridas en el pecho que me duraron seis meses. Pero perdoné de corazón a mi asesino.Ahora sé que tengo una misión en la vida de hablar a otros sobre el Señor. Y cada día le digo: "Señor, hazme un canal de tu palabra para hablarles a los demás de Ti". Rezo por mi asesino para que se convierta. Dios lo juzgará y le mostrará un día, como a mí, el libro de su vida.- En 1993, yo era enfermera, vivía en Florida y tenía 36 años. Acostumbraba por las noches dar de comer a todos los gatos de la vecindad. Un día a las 11:30 p.m. fui a darles de comer y, cuando regresé a casa, encontré a un hombre en la cocina. Yo lo había visto antes, pues era un vecino y sabía que no era buena persona. Él estaba allí para violarme y matarme. Tenía un rifle y un cuchillo. Yo vi el cuchillo de mi cocina y lo cogí para defenderme, pero casi no recuerdo nada más. Él me golpeó con el rifle y me hirió muchas veces con el cuchillo y me estranguló con sus dedos sobre mi garganta, ocasionándome muchas hemorragias y la muerte clínica.Parece que un vecino oyó mis gritos y llamó a la policía. Mi atacante era sordomudo y sólo huyó, cuando vino la policía. Felizmente, los policías me hicieron masajes al corazón y me resucitaron. Me llevaron al hospital y allí tuvieron que hacerme una traqueotomía. Al quedar como muerta, pasé por un túnel oscuro y llegué a un lugar increíblemente hermoso. Había muchas bellas flores y todo era maravilloso. Entonces, vino un hombre con vestidos blancos y luminosos. Parecía un ángel y me dijo: "Estamos contentos de que estés aquí". Yo le respondí: "Mi familia también me necesita". Entonces, él me dijo: "Muy bien, puedes regresar, pero tienes que hablar sobre esto". Y no he parado de hablar desde entonces.Mi experiencia del más allá fue un regalo de Dios, a pesar de todos los sufrimientos, pues quedé desfigurada y con muchas heridas. Sin embargo, he podido perdonar sinceramente al hombre que me asaltó. Ahora no juzgo a la gente. Ahora trato de hacer el bien a todos y perdonar siempre.La doctora Elisabeth Kübler-Ross dice:Una vez encontré a una mujer negra, que trabajaba en la limpieza del hospital donde yo estaba. Ella era muy ignorante, nunca había ido a una escuela superior. Pero tenía algo que yo no sabía qué era y que la hacía extraordinaria. Cada vez que ella entraba a la habitación de un enfermo moribundo, algo sucedía y yo hubiera dado un millón de dólares para saber el secreto de esta mujer. Un día, la encontré en el pasillo y le pregunté: "¿Qué hace usted con mis pacientes moribundos?". Ella se sorprendió por la pregunta y dijo: "Yo no hago nada, yo sólo limpio su habitación". Pero me abrió su corazón y me habló de su dramática historia. Ella había crecido en un barrio muy pobre. Pasaban hambre, no tenían medicinas... En una ocasión, ella se sentó en el hospital con su hijo de tres años, esperando al médico, pues su hijo estaba muy enfermo. Y su hijo murió de neumonía en sus brazos, esperando, porque no lo habían querido atender a tiempo. Ella me dijo todo esto sin resentimiento, sin ira y sin odio. Y continuó: "Usted sabe, doctora, la muerte no me es ajena. Algunas veces, cuando entro en la habitación de un moribundo, ellos parecen muy asustados. Yo no puedo ayudarlos, pero me acerco a ellos y los toco con cariño y les digo: "No es algo tan terrible. Dios te ama".Dice Bill Wild: Vivía en la sección judía de Varsovia, con mi esposa, nuestras dos hijas y nuestros tres hijitos. Cuando los alemanes llegaron a nuestra calle, pusieron a todos en fila contra la pared y abrieron fuego con las ametralladoras. Les supliqué que me permitieran morir con mi familia; pero, como yo hablaba alemán, me pusieron en un grupo de trabajo… En ese momento, tenía que decidir si odiar o no a los soldados que habían hecho eso. Yo era abogado y, en el ejercicio de mi profesión, había visto con demasiada frecuencia lo que el odio podía hacer a la mente y al cuerpo de la gente. El odio acababa de matar a las seis personas más importantes del mundo para mí. Por eso decidí entonces, que pasaría el resto de mi vida, sin importar si eran pocos días o muchos años, amando a cada persona que tuviera contacto conmigo.- Simon Wiesenthal estaba en un campo de concentración y un día se le acercó una enfermera y lo llevó delante de un oficial joven de la SS que estaba muy grave. El oficial le dijo que le pesaba el crimen que los soldados a su mando habían hecho al quemar y matar a 300 judíos, y añadió: Sé que es terrible; pero, mientras espero la muerte, siento la urgencia de hablar con un judío sobre esto y pedirle perdón de todo corazón.Wiesenthal dice: De pronto, lo comprendí y, sin decirle una palabra, salí de su habitación. Había comprendido que perdonar significaba tomar la decisión de renunciar al odio y a la venganza.- En su libro My first white friend (mi primera amiga blanca) P. Roybon, una periodista negra, describe cómo odiaba a los blancos por todo lo que habían hecho a los negros. Después de un tiempo, reconoció que su odio estaba destruyendo su identidad y dignidad, no queriendo aceptar la amistad que le ofrecía una amiga blanca del colegio. Y decidió perdonar para ser feliz.- El escritor italiano Giovanni Barra cuenta una historia del Oeste americano. Old Tex había sido un bandido y había matado a un hombre llamado José Fernández. Un día, para evitar ser arrestado por la policía, llamó a la puerta de una casa de religiosas de la caridad. Le dijo a la portera:- ¿Podría usted esconderme?La religiosa, al principio, se asustó, pero después, sonriente, le dijo:- Venga. Esto es una leprosería. Los que le persiguen no tendrán el valor de entrar aquí. Pero, si entran, vaya a la sala del fondo, donde están los enfermos más graves. La puerta se cerrará automáticamente.Llegaron los guardias y se les hizo entrar a buscar al bandido. Echaron una mirada por encima, pero no se atrevieron a entrar hasta el fondo. Allí estuvo Old Tex tres días escondido. Un sacerdote misionero le habló y se convirtió. Antes de marcharse, quiso despedirse de la religiosa que lo había recibido en la puerta. Y le dijo:- Hermana, sin usted me habrían matado. Además, he recibido un bien inmenso en mi alma.La religiosa, con dos lágrimas en los ojos, le respondió:- Señor Tex, si he podido hacer algo por usted, lo he hecho sencillamente por amor a Cristo, pero tengo una súplica que hacerle. No levante nunca más la mano contra su prójimo. Quizás no sabe, no puede saber lo que es el luto y el llanto de quien ha perdido a un ser querido. Entonces, él comprendió que aquella religiosa era la hija de José Fernández, a quien él había matado y que ella ahora lo amaba y perdonaba.- Cronin, el famoso novelista inglés, cuenta que viajaba en una ocasión en tren y, en el mismo departamento, viajaba también un muchacho que parecía estar nervioso. Movido por la curiosidad le preguntó:- ¿Qué te pasa, muchacho?- Vengo de la cárcel. Durante nueve años, he vivido encerrado entre rejas lejos de la familia. Cometí unos delitos que avergonzaron a mis padres. Ahora me han dado la libertad y vuelvo hacia ellos. Ahora, al darme la libertad, he escrito una carta, pidiéndoles perdón. Les he pedido que, si me perdonan, como señal para que yo lo sepa distinguir, cuelguen en el manzano que hay en la huerta de mi casa, por donde va a pasar el tren, una cinta blanca de una rama visible. Si es así, yo entenderé que me perdonan y me llegaré a la casa. Si no, pasaré de largo. Ya faltan solamente dos pueblos para que lleguemos al mío y estoy inquieto.Después de un rato le dijo:- Por favor, la próxima tapia es la finca de mi padre. No me atrevo a mirar. Tenga la bondad de mirar usted...Aquel muchacho recogió la cabeza entre sus manos, mientras el tren comenzaba a rebasar la tapia. Cronin miraba por la ventanilla. Dio un salto. Cogió al muchacho por los brazos y lo sacudió:- Mira, hijo, mira el manzano.El muchacho no daba crédito a lo que veía. Colgadas de cada una de las ramas del manzano había, no una, sino docenas de cintas blancas. Sus padres lo perdonaban y lo perdonaban con generosidad desbordante.
Libro de :P. Ángel Peña Benito Agustino recoleto LIMA-PERÚ
para ver el libro entero hacer clic en el siguiente vinculo :

30 ago 2008

ÚLTIMO MENSAJE DE LA VIRGEN


25/08/2008
Mensaje del 25 de agosto de 2008
“¡Queridos hijos! También hoy los invito a la conversión personal. Sean ustedes quienes se conviertan y con su vida testimonien, amen, perdonen y lleven la alegría del Resucitado a este mundo en que mi Hijo murió y en que la gente no siente la necesidad de buscarlo ni descubrirlo en su vida. Adórenlo y que vuestra esperanza sea la esperanza de aquellos corazones que no tienen a Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

PARA IR A LA PAGINA HACER CLIC EN EL SIGUIENTE VÍNCULO:

http://medjugorje.hr.nt4.ims.hr/

18 ago 2008

LA COMPRENSIÓN





LA COMPRENSIÓN
La comprensión con los demás es algo muy importante en la vida. Comprender es amar y es tener consideración con los que no piensan como nosotros. Eso es también ser tolerantes con las opiniones y las acciones de los demás, siempre que no atenten contra nuestros derechos o contra la verdad. No olvidemos que todos los hombres, de cualquier color, raza o religión, somos iguales ante Dios, porque somos hermanos, hijos del mismo Padre.
Cuentan que una vez, en una carpintería, había diferentes herramientas que no se entendían entre sí. Y convocaron a una reunión para tratar de arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea decidió que renunciara, porque hacía demasiado ruido y todo el tiempo se pasaba golpeando. El martillo reconoció sus errores, pero pidió que renunciara también el tornillo, pues daba muchas vueltas para hacer las cosas. El tornillo aceptó la renuncia, pero pidió la expulsión de la lija, porque siempre tenía fricciones con los demás, pues era muy áspera en el trato. La lija aceptó, pero pidió la renuncia del metro, porque se pasaba el tiempo midiendo a los demás según su propia medida, como si fuera el único perfecto.
En ese momento de la asamblea, entró el carpintero y empezó a trabajar, utilizando el martillo, el tornillo, la lija y el metro. Cuando terminó el trabajo, se reanudó la asamblea y, entonces, tomó la palabra el serrucho y dijo:
Señores, queda demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Así que no pensemos tanto en los defectos de los demás sino en sus cualidades para aceptarnos todos como somos y vivir en paz como hermanos.
Veamos otro caso. En una ocasión, un muchacho de 17 años se quejaba al gran escritor Mark Twain respecto de su padre. Le decía:
No nos entendemos, nos pasamos el día discutiendo. Es tan reaccionario que no tiene ninguna sensibilidad para las cosas actuales. ¿Qué debo hacer? ¡Pienso irme de casa!
Mark Twain le contestó: Te comprendo perfectamente. Cuando yo tenía 17 años, también mi padre era así de conservador, no podía soportarlo. Debes tener un poco de paciencia con los viejos, son lentos para los cambios. Cuando tuve 27 años, mi padre ya había progresado mucho, se podía hablar con él de modo razonable. Y, actualmente, después de otros 10 años, no lo creerás; pero, cuando ya no sé qué hacer, voy y le pido un consejo a mi viejo padre. ¡Fíjate cómo pueden cambiar los viejos!
¿Cambian los viejos o cambiamos nosotros con la experiencia de los años? Había una vez un maestro espiritual que decía: Cuando era joven, yo le pedía a Dios: Señor, ayúdame a cambiar el mundo. Cuando tuve 40 años, le decía: Señor, ayúdame a cambiar a los que me rodean. Y ahora que soy anciano, le digo: Señor, ayúdame a cambiarme a mí mismo. En la medida en que uno cambia es más comprensivo y puede ayudar mejor a cambiar a los demás. Por eso, nunca despreciemos a nadie. Seamos tolerantes con sus defectos y aprendamos que nadie es tan ignorante que no pueda enseñar algo a los demás y nadie es tan pobre que no pueda dar algo a los demás para hacerlos más felices.
No nos creamos la "divina pomada", capaces de solucionar todos los problemas. Alguno podría decir: Si yo fuera el Presidente de la República, haría esto o lo otro... Y solucionaría todos los problemas con suma facilidad... Nos puede pasar como a aquel angelito del cuento. Un ángel del cielo quería ayudar a los hombres a ser felices y pensó que Dios no estaba llevando las cosas bien. Por eso, le pidió que le dejara durante un año el gobierno del mundo para poder modificar las cosas y hacer un mundo feliz. Los otros ángeles estaban consternados por tanta audacia, pero Dios, que es humilde y paciente, le concedió lo que pedía.
Como sólo tenía un año de tiempo, comenzó rápidamente a poner las cosas en orden. Quería que fuera un año de mucha alegría y tranquilidad para todos. Y consiguió que no se oyeran lamentos. Nunca en la historia del mundo había habido tanta abundancia de todo. Los campos estaban llenos de frutos y mieses. Parecía un paraíso terrenal y el ángel estaba orgulloso de su trabajo. Al terminar el año previsto, regresó al cielo, contándoles a todos lo bien que había hecho todo y que todos estaban felices en la tierra.
Pero, al comenzar el nuevo año, comenzaron los lamentos y la desesperación de la gente. El ángel pensó que debería seguir gobernando al mundo, pues empezó a creer que era indispensable. Pero se preguntó: ¿Por qué las cosas ahora no funcionan? Y, vestido de peregrino, bajó a la tierra, viajando de país en país para ver qué pasaba. El grano que usaban para la harina y el pan que comían no tenía sustancia, no se podía comer y era amargo. La gente se moría de hambre y estaba desesperada, pensando que Dios les había dado un año de falsas bendiciones. El ángel fue a quejarse ante Dios, pero Dios le dijo:
Mi querido aprendiz, debes aprender una verdad demasiado profunda para que puedas comprenderla fácilmente. La tierra debe ser azotada por los vientos y las tempestades para que las plantas se hagan fuertes y tengan la suficiente agua para crecer. Pero tú quisiste un año sin nubes y con buen tiempo todos los días y eso hizo que las cosechas fueran abundantes, pero con frutos sin sustancia y sin sabor. Hacían falta las tempestades para que cayera la lluvia y los campos se fertilizaran. Pues bien, eso mismo hace falta en la vida de los hombres. El dolor y los problemas de la vida son necesarios para fortalecer el alma. Un hombre, que nunca ha sufrido, no sabe lo que es el verdadero amor, pues amar es dar la vida por los demás, amar es servir y ayudar, es compartir y agradecer. Amar, en una palabra, es vivir para los demás, superando los vicios y las tentaciones como una planta que es zarandeada por el viento y regada por la lluvia de la tempestad. Hijo mío, aprende a luchar y a trabajar, porque sin esfuerzo ni sacrificio, no hay nada grande en la vida. Acepta a los demás como son y trata de hacerlos felices en todo momento.
Cuenta una leyenda que había en la India un cargador de agua que tenía dos grandes vasijas, que colgaban en los extremos de un palo, que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón; pero, cuando llegaba la vasija rota, sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable, porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:
Estoy avergonzada y me quiero disculpar; porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga.
Pero el aguador le dijo:
Cuando regresemos a casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen junto al camino.
Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino. Entonces, el aguador le dijo:
¿Te diste cuenta de las flores tan hermosas? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino, por donde vas todos los días, regándolas. Por dos años, yo he podido recoger estas bellas flores para alegrar la casa de mi familia. Si no fueras exactamente como eres, incluidos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta maravilla. El haberte comprendido y aceptado como eres ha hecho posible tanta belleza.
Conclusión: acepta a los demás como son. Sé comprensivo con sus limitaciones y defectos y haz que desarrollen al máximo sus cualidades.
Para leer el libro completo hacer clic en el siguiente vículo interno :
http://lucesenelcamino-piojosaltarin.blogspot.com/

texto sacado del Libro:
LUCES EN EL CAMINO de
ÁNGEL PEÑA O.A.R.
LIMA – PERÚ
2008

10 ago 2008

ASUNCIÓN DE LA VIRGEN AL CIELO


El 15 de agosto se celebra la asunción de nuestra Madre La Virgen al cielo en cuerpo y alma.


"Y apareció en el cielo una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y 12 estrellas a su alrededor. Más impresionante que un ejército en orden de batalla". (Apocalipsis, 12).



EL RELATO DE UN SANTO
Un santo muy antiguo, cuenta así cómo fue la muerte de la Santísima Virgen.
Ella murió de amor. Era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir.
Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado a tantas personas tristes, y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber los apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo a la eternidad.
Los apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.
Fueron llegando,y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido.
Para cada uno de ellos tuvo palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando santamente sus ojos, y su alma, mil veces bendita, partió para la eternidad.
La noticia cundió por toda ciudad, y no hubo un cristiano que no viniera a rezar junto a su cadáver, como por la muerte de la propia madre.
Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral. Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.
En el aire se sentían suavísimos aromas, y parecía escuchar cada uno armonías de músicas suaves.
Pero Tomás, Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían regresado de sepultar a la Santísima Madre.
Pedro -dijo Tomás- no me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso en esas manos santas que tantas veces me bendijeron.
Y Pedro aceptó.
Se fueron todos hacia su santo sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir, de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosa música en el aire.
Abrieron el sepulcro y en vez del cadáver de la Virgen, encontraron solamente... una gran cantidad de flores muy hermosas. Jesucristo había venido, había resucitado a su Madre Santísima y la había llevado al cielo.
Esto es lo que llamamos la Asunción de la Virgen (cuya fiesta se celebra el 15 de agosto).
¿Y quién de nosotros, si tuviera los poderes del Hijo de Dios, no hubiera hecho lo mismo con su propia Madre?
El 1o. de noviembre de 1950 el Papa Pío XIII declaró que el hecho de que la Virgen María fuera llevada al cielo en cuerpo y alma es una verdad de fe que obliga a ser creída por todo católico.
Antes de esta declaración habían llegado a Roma memoriales del todas las Universidades Católicas del mundo y de todos los obispos del orbe, pidiendo que el Papa declarara Dogma de fe que María fue llevada en cuerpo y alma al cielo.
En los 3,000 colegios de la Familia Salesiana se rezaban cada día, desde hacía muchos años, tres Gloriapatris, por orden de San Juan Bosco, para que el Papa declarara el Dogma de la Asunción.
De sólo España habían llegado a Roma ya 727,000 firmas pidiendo la declaración del dogma de la Asunción.
San Alfonso Rodríguez vio un 15 de agosto cómo fue la recepción de la Santísima Virgen en el cielo el día de su llegada, y quedó extasiado, inmensamente emocionado.
San Esteban, Rey de Hungría, celebraba con mucha solemnidad la fiesta de la Asunción de María el 15 de agosto, y ese día fue llevado por Dios a la eternidad.
San Juan Berchmans, y San Estanislao de Kostka, jóvenes jesuitas, deseaban ir a celebrar en el cielo la fiesta de la Asunción. San Juan Berchmans murió el 14 de agosto, y San Estanislao en la mañana del 15, con el rosario en la mano y pronunciando los santísimos nombres de Jesús y María, y fueron a celebrar la gran fiesta de Asunción al cielo.
Santa Teresa dice que vio un día de la la Asunción cómo fue la llegada de la Santísima Virgen al cielo y que desde entonces quedó con el inmenso deseo de sufrir y trabajar con conseguirse un puesto en el paraíso.
"Que hermoso es tener una madre que no se me va a morir". (P. Ortúzar).


Este texto está sacado de la siguiente direción:http://www.radioestrelladelmar.com/virgen/asuncion_index.htm


22 jul 2008

UNA EXTRAÑA HUÉSPED


Este texto es un fragmento del libro de
SOR MARÍA NATALIA MAGDOLNA

Desde temprana edad percibió claramente su vocación religiosa y a los diecisiete años entró al convento de Pozsony. A los treinta y tres, sus superioras la enviaron a Bélgica de donde volvió al poco tiempo porque se enfermó y la regresaron a Hungría, su patria, donde vivió en los conventos de Budapest y Keeskemet.
En Hungría empezó a tener locuciones interiores y visiones sobre el destino de Hungría y del mundo, aunque ya de niña había tenido fuertes experiencias místicas. Estos mensajes son un llamado a la reparación de los pecados, a la enmienda y a la devoción al Corazón Inmaculado de María como la Victoriosa Reina del Mundo. La mayoría de estos mensajes los escribió entre los años 1939 y 1943.


LA VICTORIOSA
REINA DEL MUNDO


Una extraña huésped
Empecé a leer la Santa Biblia a escondidas. Lo primero que me llegó a fondo fue: "No juzgues para que no te juzguen y lo que tú hagas por el más pequeño de mis hermanos, Me lo haces a Mí".
Cuando tenía catorce años hice el voto de la Tercera Orden de los Franciscanos, y a los quince se vio claramente que yo no quería casarme. Sólo Jesús me atraía constantemente. Con los ojos de mi alma vi a mi alrededor a reyes y pordioseros. Observé a los unos en su gran pompa pasajera mientras veía a los otros en su tremenda pero también pasajera pobreza. ¿A quién le daría mi amor? Decidí dárselo al que siempre vive y siempre se regocija en mi amor: a Jesús.
De mis ocho hermanos, hoy sólo sobrevivimos un hermano y yo. Mi hermana Stephanie, que también fue religiosa, había muerto. Ella me ayudaba mucho cuando aún estábamos en nuestra casa. Los domingos, cuando mi madre nos dejaba limpiando la cocina después de la comida, nos turnábamos haciendo esta tarea. Cuando me tocaba a mí, Stephanie siempre me mandaba a rezar y ella hacía mi tarea, quizás porque nunca me peleaba con ella y porque sabía cómo me gustaba orar.
Una tarde de verano, cerca de la puesta del sol, me senté en silencio detrás de la casa, en el primer peldaño de la escalera. Al ver la belleza del cielo, sentí como si mi alma fuera a volar hacia allá. De repente se abrió la reja del jardín y entró una mujer. Yo brinqué y corrí hacia ella. Era hermosa y una felicidad devota y sobrenatural irradiaba de ella. Dijo:
–Quizás ésta va a ser la casa donde se me reciba. Me cerraron las puertas en las otras casas a donde llegué. "No hay lugar", me dijeron. En otras partes me sacaron sin ninguna explicación. Empecé en esta hilera de casas y no me he pasado ninguna desde el gran puente hasta acá.
Miré su cara y me di cuenta que era un alma devota y que amaba a Dios.
–Me gusta la gente de buen corazón –dijo de nuevo–. ¿Me das un lugar para hospedarme?
–¡Sí! –le dije.
Corrí dentro de la casa hacia mi madre. Rápidamente le describí a la huésped: "Es una Señora hermosa, diferente de nosotros; su falda es oscura y cubre sus tobillos; pide quedarse con nosotros esta noche. Ni siquiera pide una cama, una silla es suficiente o un banco". Después de esto corrí con mi padre. Él era un hombre serio y preguntó: "¿Quién es esta desconocida?" Yo se la describí con miedo que la despidiera. Pero mi padre estuvo de acuerdo a que se quedara. "Mira, pequeña mía, –me dijo–, de algún modo podemos acomodar a la inesperada huésped; no tenemos muchos espacio, pero déjala que se quede".
La noche estaba fría, por eso hicimos un poco de fuego en la casa. La Señora se sentó en una silla en la cocina y yo me senté a su lado en el suelo. Empezó a hablarme del Cielo. Yo escuchaba todas sus palabras y mi alma se regocijaba de felicidad. Le pregunté si quería comer con nosotros, pero ella sólo pidió un poquito de pan y té. Mientras nosotros comíamos, ella me habló de la vida de los Santos; de san Francisco de Asís. Yo le dije que quería servir muchísimo a Dios y ser religiosa.
–Lo serás –dijo, y su voz era firme.
–¿De dónde viene? –le pregunté.
–Vengo de Viena, de un claustro.
–¿De veras? –le dije con alegría–. Por favor, lléveme allí a mí también; no importa que yo sea aún pequeña –le supliqué.
–A dónde voy yo ahora, no te puedo llevar. Pero sí, más tarde –me contestó.
La campana de la iglesia tocó el Ángelus. La señora estaba absorta en oración, parecía ensimismada, de toda su persona irradiaba majestad y belleza celestiales. Yo estaba asustada, solamente más tarde me di cuenta que era Nuestra Madre Santísima.
Era tiempo de ir a la cama. Le dije a la Señora, bajando mis ojos de vergüenza, que nosotros no teníamos una recámara para huéspedes, así que ella tenía que dormir en la mía mientras que mis padres irían a otro cuarto. Ella estuvo de acuerdo con el acomodo.
–Nosotras tendremos lugar suficiente –dijo.
Mi corazón se alegró. Yo era una muchacha delgada y le dije que podía quitarse su pequeño chal.
–No importa –ella dijo sonriendo. Pero se lo quitó igualmente. Su hermoso pelo cayó como un velo, denso y fluido como una cascada. Corrí donde mi padre y le dije:
–Papi, yo no sé qué hacer. Le pedí a la señora si quería dormir conmigo.
–Está bien, si tú lo quieres. Pero si ella no quiere ir a la cama, déjala dormir en la silla. Yo me acostaré en la banca del otro cuarto; de este modo estaré cerca por si algo pasa.
Regresé con la señora. Nos sentamos en la cama sin quitarnos la ropa. Ella me platicó durante toda la noche acerca del Cielo. No pude cerrar los ojos por lo bonito y hermoso de su plática. Por la madrugada le dije que yo iría a misa. Ella quiso ir conmigo.
Durante la misa casi no me atreví a moverme. Fuimos juntas a comulgar. Después de la misa un acólito vino a decirme:
–El señor cura quiere hablarte.
–Voy en seguida, pero déjame acompañar a mi huésped afuera del pueblo.
En efecto la señora estaba tomando el camino de Stomfa, un pueblo cercano. Le pregunté si conocía el camino, y le expliqué:
–Primero sube usted al cerro, luego bajando verá en seguida las casas del pueblo.
Ella me dio las gracias por pasar la noche en mi casa. Una vez más le dije:
–Me gustaría ser religiosa.
–¡Laudetur Jesus Christus! –me contestó en latín (Alabado sea Jesucristo).
Después de haber dado unos pasos, me volteé para verla de nuevo, porque era difícil separarme de ella; y cuál fue mi sorpresa, no la vi por ningún lado. En mi infantil ingenuidad pensé: "Quizás, ¡ni el Señor Jesús la puede alcanzar!
Mientras tanto el señor cura me estaba esperando con impaciencia.
–¿Quién era esa señora, Marikita? –me preguntó–. ¡Por cierto no era de este mundo!
–A mí me dijo que si yo rezo mucho podré ser religiosa –le contesté con un cierto orgullo de niña.
El sacerdote estuvo un poco pensativo, después me dijo:
–Yo vacilé en darle la comunión. Cuando le ofrecí la sagrada Hostia, su rostro estaba esplendoroso, lleno de luz; y luz también salía de su boca. La sagrada Hostia voló de mis dedos. Ella tomó la comunión en esta luz. Realmente tuve miedo de este fenómeno extraordinario. Ella misma me pareció la eternidad gloriosa. Aun en la sacristía seguí temblando.
Muerte pospuesta
Cuando tenía treinta y tres años, mis superiores me mandaron a Bélgica. Nuestro convento tenía pocas religiosas que pudieran llevar adelante los trabajos materiales. Aunque yo no era muy fuerte y con frecuencia me enfermaba, me gustaban los trabajos de la casa, como pintar, lavar los trastes, limpiar los baños, acarrear el carbón a las estufas, y hasta el trabajo del establo. Cuando tenía un poco de tiempo, me gustaba leer. Sin embargo, por estos trabajos pesados, me adelgacé muchísimo, hasta quedarme en los huesos. Mi superiora tuvo miedo de que yo no resistiera mucho e hizo saber a la superiora de la Casa Madre de Pozsony (Bratislava) que, humanamente hablando, yo no tenía mucho tiempo de vida.
Una noche el Señor me dijo:
–Tú me pediste que querías imitarme y que Yo te llevara conmigo cuando tuvieras treinta y tres años. Ha llegado la hora: te estoy llamando. Pero si tú aceptas seguir sufriendo en la tierra para salvar almas, yo puedo prolongar tu vida.
Le contesté que yo deseaba sufrir para salvar muchas almas del infierno. Entonces Él me prometió que me dejaría en la tierra para que pudiera salvar las almas inmortales de los hombres; le dije:
–Jesús, dame la gracia de poder consolarte hasta que sea una anciana, y cuando muera, déjame llevar almas al Cielo hasta el final de los tiempos. Concédeme que yo pueda orar ante miles de sagrarios abandonados mientras Tú permanezcas en la tierra en la sagrada Hostia.
Jesús me lo prometió. Después me dijo:
–¿Qué más deseas pedirme en tus treinta y tres años?
–¿Qué más puedes darme, si Tú te das a mí totalmente? –le contesté.
–Tienes razón; Yo no puedo dar más que a Mí mismo; pero pídeme algo para ti misma. La profundidad del pozo de mi gracia es infinita.
–Mi querido Jesús, puesto que has vivido entre nosotros treinta y tres años, te pido que nos des 33 regalos.
–¡Está bien! Yo te daré estos regalos para honrar a mi Madre. Estas 33 promesas se realizarán en los que, con un corazón puro, un deseo sincero y un ferviente amor, consuelen al Inmaculado Corazón de mi Madre.
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14 jul 2008

MAS ALLÁ DEL SUFRIMIENTO




L SUFRIMIENTO NOS LLEVA A DIOS
Hay quienes, ante el sufrimiento de la vida, se rebelan contra Dios y le echan las culpas de todas sus desgracias. Le dicen: ¿Por qué me has hecho esto? Prefiero morir a vivir. Quiero suicidarme, así no vale la pena vivir. Algunos le exigen la salud, como si fuera un derecho adquirido, y dicen: Si no tuviera hijos que cuidar… Si estuviese solo, pero tengo una familia que alimentar y tengo muchos problemas que resolver y muchos planes que realizar. Pareciera que le dicen a Dios que ellos son seres indispensables en el mundo.
Algunos gritan, diciendo: ¿Por qué? Yo soy bueno. ¿Por qué me castigas? Oh Dios, mátame si quieres, pero que no dé pena a los demás, que no haga gastar dinero a mis familiares, que no sea un cacharro inútil para los demás… Y Dios no responde, y calla y perdona y aguanta con paciencia todos los insultos e incomprensiones.
Pero Dios no se divierte ni se lo pasa en grande viéndote sufrir, como si tu dolor y tu enfermedad fueran caprichos de su entretenimiento para los ratos libres. En cambio, se siente muy contento, cuanto ve que tú te realizas a través del dolor y maduras y llegas a ser mejor y más feliz. La peor desgracia que le puede pasar a un hombre no es estar enfermo, sino ser un inútil que no sirve para "nada" y que, al morir, se sienta vacío por dentro por haber desperdiciado su vida. Pero si ama y ofrece su dolor, aunque esté en una silla de ruedas, su vida estará plena de sentido y se realizará como persona y será feliz.
Decía Nicolás Wolterstorff: "Dios es amor y nos ama. Por eso, "sufre" al ver nuestro mundo pecaminoso lleno de sufrimiento. Amar es sufrir. De ahí que podemos decir que las lágrimas de Dios son el secreto de la historia humana".
Hay una leyenda china que cuenta el caso de una pareja de ancianos, que deseaban ardientemente tener un hijo. Después de varios años de esterilidad, por fin tuvieron un hijo. El día después de su nacimiento, los visitó un ángel de Dios y les dijo que podían pedirle cualquier cosa, que Dios se la concedería. Después de mucho pensarlo, le pidieron para su hijo que nunca tuviera sufrimientos ni enfermedades en la vida. El ángel les dijo que Dios podía concedérselo, pero que lo pensaran bien, porque, en su opinión, no era lo más conveniente para él. Pero ellos insistieron tanto que, al fin, Dios se lo concedió.
Y dice la leyenda que, felizmente, estos ancianos esposos no vivieron el tiempo suficiente para ver crecer a su hijo, que llegó a ser el más grande tirano que existió en toda la comarca.
¿Por qué? Porque el sufrimiento nos lleva a Dios, que es amor. Nos hace más sensibles ante el sufrimiento de los demás y nos ayuda a madurar personalmente. El hombre que no ha sufrido, no tendrá la madurez suficiente para amar de verdad y será más duro e insensible ante el dolor de los demás. Por eso, dice un dicho antiguo: "quien no sabe de dolores, no sabe de amores".
El sufrimiento es un tesoro de Dios, un instrumento de Dios para acercarnos más a Él, si sabemos aceptarlo con amor. De otro modo, puede ser un medio de desesperación para el que no tiene fe y sólo piensa en terminar con todo cuanto antes y suicidarse.
Dice Luis Gastón de Segur que, de mil personas que hay en el infierno, probablemente novecientas noventa estarían ahora en el cielo o, al menos, en el purgatorio, si hubiesen sido ciegas, paralíticas, sordomudas o afligidas por alguna enfermedad. Y de los mil que hay en el purgatorio, probablemente estarían novecientas noventa ya en el cielo, si hubiesen tenido alguna enfermedad, que los hubiera hecho más humildes y maduros en la fe y en el amor.
Alguien ha dicho que los buenos enfermos son como las estaciones de gasolina, a donde acuden los que quieren llenar su corazón vacío de amor. Hablar con buenos enfermos ayuda a los sanos a ver la vida en otra perspectiva, porque todos, tarde o temprano, pasaremos por la enfermedad. Los buenos enfermos son bienhechores de la humanidad y ayudan como misioneros en la gran tarea de la salvación del mundo.
En 1928 Margarita Godet quería ser apóstol misionera, pero estaba inmovilizada por la enfermedad y se ofreció como enferma misionera por los seminaristas de las Misiones extranjeras de París. Así comenzó la Unión de los enfermos misioneros, que se compromete a ofrecer diariamente su dolor por las misiones.
También existe la Fraternidad cristiana de enfermos, fundada por el sacerdote Henry François en Verdún (Francia), en 1942, para enfermos, ancianos o minusválidos para fomentar la unión y fraternidad entre ellos y enseñarles a aceptar su dolor y ofrecerlo por la salvación del mundo.

OFRECIMIENTO DEL DOLOR
El sufrimiento es parte integrante de la vida humana. No hay nadie que, tarde o temprano, no participe de él. Por eso, debemos aprender a llevar nuestra cruz de cada día, como nos dice Jesús, y saber ofrecerla para darle un valor sobrenatural. De ahí que sea importante aprender a tener espíritu de sacrificio y no buscar siempre el placer por el placer.
Nuestra Madre la Virgen, en muchas de sus apariciones, nos habla de ofrecer sacrificios voluntarios por la conversión de los pecadores. En Fátima le decía a Lucía: "Orad y haced sacrificios por los pecadores, porque van muchas almas al infierno, porque no hay quien se sacrifique ni ore por ellas" (13 de agosto de 1917).
Este espíritu de sacrificio por la conversión de los pecadores, lo aprendieron muy bien los tres pastorcitos. A veces, daban su comida a las ovejas o a niños pobres o comían bellotas amargas o no bebían agua en pleno calor y decían: "Oh Jesús, es por tu amor y por la conversión de los pecadores".
Evidentemente, el sufrimiento por sí mismo no vale nada, si es que no se ofrece con amor y por amor. Pero, cuando se ofrece a Dios con amor, tiene un gran valor redentor en unión con los méritos de Jesús.
Por eso, debemos pensar en tantas personas que están alejadas de Dios y que están en peligro de condenación eterna por sus propios pecados. Pero, si nosotros ofrecemos por ellos nuestras oraciones y sacrificios, Dios les puede conceder gracias extraordinarias, que pueden conseguirles su conversión y salvación.
Si san Agustín no hubiera tenido una madre tan santa como santa Mónica, quizás nunca se hubiera convertido ni hubiera llegado a ser el gran santo que todos conocemos. Si tú fueras más generoso con Dios y ofrecieras todos tus sufrimientos y enfermedades por la salvación de tu familia, quizás Dios podía haber salvado hace muchos años algún antepasado tuyo o algún familiar actual que va por mal camino. La oración traspasa las fronteras del tiempo o del espacio. Ora por todos tus antepasados y familiares, presentes y futuros. Hay motivos más que suficientes para ofrecer todo lo que sufres. Y ¡cuántos podrán salvarse por tu generosidad! Pero ¡cuántos también podrán condenarse por su culpa, pero porque no han tenido familiares generosos, que los han encomendado al Señor! ¡Ofrece tu dolor a Dios y Él te bendecirá a ti y a tu familia!
No puedes imaginar todo lo que vale el sufrimiento, ofrecido con amor. Sólo en el cielo lo comprenderás. Allí encontrarás miles y miles de hijos espirituales, a quienes has salvado con tu dolor amoroso o con tu amor doloroso.
Cuando tengas mucho que sufrir, celebra tu propia misa y di como el sacerdote: "Esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros". Sí, este cuerpo tuyo ofrécelo y entrégalo como ofrenda a Jesús para que, en unión con Él, puedas ofrecer tus sufrimientos al Padre por la salvación del mundo. Así tu vida será una misa permanente, en unión con Jesús.
Nos los dice Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los focolares:
"Si sufres mucho y tu sufrir te impide cualquier otra actividad, acuérdate de la misa. En la misa, Jesús, ahora como entonces, no trabaja ni predica, Jesús se sacrifica por amor. En la vida se pueden hacer muchas cosas, decir muchas palabras, pero la voz del dolor, aunque sea sorda y desconocida a los otros, es la palabra más fuerte, aquélla que penetra el cielo. Si sufres, mete tu corazón en el Corazón de Jesús. Di tu misa. Ofrécete con Jesús por la salvación del mundo. Y, si el mundo no te comprende, no te turbes, basta que lo comprendan Jesús y María, los ángeles y los santos. Vive con ellos y deja correr tu sangre en beneficio de la humanidad. La misa es un misterio demasiado grande para poder comprenderla. Su misa y tu misa, Jesús y tú, su amor y tu amor, podéis salvar al mundo".
Por eso, decía Susana Fouché: "Yo he tomado mis dolores en mis manos como un instrumento de trabajo para la salvación del mundo". ¿Estás tú también dispuesto a ofrecer tu vida por la salvación de tus hermanos? Jesús está esperando tu respuesta y cuenta contigo. No lo defraudes. Jesús podría decirte:


"Yo soy tu Dios y pienso en ti. Dispongo todas las cosas para tu bien, aunque no lo comprendas. Acepta con serenidad y paz todo lo que disponga para ti y ofréceme con amor tus sufrimientos. Sólo así podremos estar unidos y tener un solo corazón. Si experimentas cansancio, échate en mis brazos. Si estás triste, ven a Mí y duérmete tranquilo entre mis brazos.
Hijo mío, ayer por la mañana te vi triste y pensé que querías hablar conmigo. Al llegar la tarde, te di una hermosa puesta de sol y esperé, pero nada… Te vi dormir en la noche y te envié rayos de luna para besar tu frente y esperé hasta la mañana; pero tú, con tu prisa, tampoco me hablaste. Entonces, tus lagrimas se mezclaron con las mías que caían con la lluvia del día. Hoy sigues triste y quisiera consolarte con mis rayos de sol, con mi cielo azul, con mis hermosas flores. Quisiera gritarte que te amo, que no tengas miedo de acercarte a Mí para pedirme ayuda, que me dejes entrar en tu corazón y que me entregues todo el peso de tus problemas y todo lo que te hace sufrir.
¿No escuchas mi voz en el fondo de tu alma? Ya sé que estás muy ocupado, puedo seguir esperándote, porque te amo. Pero no olvides que te espero, porque quiero verte contento y feliz".
texto sacado del libro "Mas allá del sufrimiento" de :
P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.
LIMA – PERÚ
2004
Vinculo interno de este blog para seguir leyendo sobre este tema el libro:http://sufrimientoredentor.blogspot.com/

3 jul 2008

EL GRAN TESORO




EL GRAN TESORO
La Eucaristía no sólo es un gran tesoro, podríamos decir que es el tesoro más grande del mundo. Mucho más importante que el oro o las piedras preciosas. Vale más que todo el universo con todas las estrellas y galaxias. Vale más que los ángeles y que todos los santos, incluida la misma Virgen María, porque la Eucaristía es Jesucristo, el Dueño, Señor y Creador de todo lo que existe.
Sin embargo, hay quienes no entienden que, al hablar de la Eucaristía, no estamos hablando de un pan bendito o de una cosa buena, sino de Alguien, de una persona, de Jesús. Por eso, quizás no lo valoran lo suficiente y su fe es demasiado pequeña para reconocerlo bajo la apariencia de un pequeño pedazo de pan.
Muchos católicos no lo aman, no le dan importancia, y para ellos Jesús Eucaristía es como si no existiera, porque no se aprovechan de su presencia cercana en este sacramento. Es lo que les pasaba a tantos judíos del tiempo de Jesús, que lo tenían muy cerca, pero no creían en Él o simplemente no se daban tiempo para ir a oír sus palabras o visitarlo.
Los reyes magos hicieron un largo y peligroso camino para encontrar a Jesús y quedaron felices de haberlo encontrado. Había valido la pena todo su esfuerzo; porque, al fin, lo encontraron y descubrieron que Él era su Dios. Fueron los primeros no judíos que lo reconocieron como Dios y lo adoraron. Los pastores también hicieron un esfuerzo para ir en plena noche a visitarlo, llevándole algunos regalos y no quedaron defraudados. ¿Y nosotros? ¿No valdrá la pena hacer cualquier esfuerzo para visitar a Jesús? ¿No valdrá un poco de nuestro tiempo? ¿O acaso nuestra fe es tan escasa que no creemos que verdaderamente en la hostia consagrada está el mismo Jesús de Nazaret, el mismo Jesús, que nació en Belén y murió en la cruz?
Si supiéramos que en una isla perdida hay un gran tesoro y nos dieran la oportunidad de ir a encontrarlo con la garantía de que sería todo para nosotros, ¿no valdría la pena arriesgarse para encontrarlo y ser ricos para toda la vida? ¿Y Jesús no es el tesoro más grande del mundo? La isla del tesoro no está muy lejana, no necesitamos viajar a países lejanos y desconocidos. Jesús está muy cerca, en el sagrario de nuestras iglesias, pero hay que tener fe para verlo con los ojos del alma, con los ojos de la fe.
Dice santa Ángela de Foligno: A veces, veo la hostia con un resplandor y una belleza muy grandes, más que si fuese el resplandor del sol. Por esa belleza, comprendo con certeza que estoy viendo a Dios sin ninguna duda... En la hostia aparece una belleza más hermosa y más grande que la del sol... En ocasiones, veo en la hostia dos ojos luminosísimos tan grandes que de la hostia sólo parecen quedar los bordes. Una vez, me fueron mostrados esos ojos y disfruté de tanta belleza y de tanto deleite que jamás podré olvidarlo por el resto de mi vida... Jesús resplandecía de belleza y de gracia y parecía un niño de doce años. Me sentía tan colmada de alegría que creo que no me olvidaré de ella por toda la eternidad. Y me comunicó tal certeza que no puedo dudar de nada y de ninguna manera. Todo mi gozo consistió en la contemplación de esa belleza inestimable.
Jesús Eucaristía es el Rey de reyes y Señor de los señores, el Rey del universo, el Señor de la historia, el amigo de los hombres, el hijo de María, el niño de Belén, el Salvador del mundo, que se ha quedado junto a nosotros para ser nuestro compañero de camino y para que podamos acudir a Él fácilmente, cuando tengamos necesidad. Y nos sigue esperando para sanarnos, bendecirnos, alegrarnos y darnos su amor y paz. Su consultorio es el sagrario. Él es el mejor médico, siquiatra y sicólogo del mundo. Atiende gratis las 24 horas de cada día y no necesitamos sacar cita para ser recibidos por Él. Además, Él lo sabe todo y sabe cuáles son nuestros males y necesidades antes de que se las digamos. Él nos espera. ¿Hasta cuándo? ¿Somos tan ricos que no necesitamos de su amor? Dice Jesús: Donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón (Mt 6, 21). ¿Cuál es nuestro tesoro más importante? ¿Qué buscamos con más ansiedad y deseo en nuestra vida? ¿Es Jesús? Pues en la Eucaristía lo encontraremos. ¿Y qué tesoro podemos desear que sea mejor y más importante que el mismo Jesús?

EUCARISTÍA Y SANACIÓN
La Eucaristía es fuente de luz y de amor para los que se acercan a Jesús. También es fuente de salud para los que se acercan con fe, como la mujer hemorroísa del Evangelio. La hermana Briege McKenna nos cuenta algunos de estos milagros en su libro Los milagros sí ocurren.
Dice: Un día me telefoneó un sacerdote muy angustiado y asustado. Acababa de saber que tenía cáncer en las cuerdas vocales y que, dentro de tres semanas, tendrían que extirparle la laringe. Me dijo que estaba desesperado, había sido ordenado apenas hacía seis años. Al orar con él, sentí que el Señor quería que yo le hablara de la Eucaristía. Le dije: "Padre, yo puedo orar por usted ahora por teléfono y lo haré. Pero ¿esta mañana no tuvo un encuentro con Jesús? ¿No se encuentra con él cada día? Padre, cada día, cuando celebra la misa, cuando toma la hostia sagrada, usted se encuentra con Jesús. ¿Se da cuenta de que Jesús pasa a través de su garganta? No hay nadie mejor a quien ir sino a Jesús. Pídale a Jesús que lo sane".
Lo oí llorar por teléfono. Y se despidió dándome las gracias. Tres semanas después, ingresó al hospital para ser operado. Me llamó más tarde para decirme que la cirugía no se realizó. Los médicos descubrieron que el cáncer había desaparecido y que sus cuerdas vocales estaban como nuevas. Nunca supe su nombre. Pero un año después, tuve noticias de él a través de un amigo suyo. Antes de su enfermedad, este sacerdote joven había dejado de celebrar la misa diaria excepto los domingos. Él tomaba la misa muy a la ligera. Y Dios usó esta experiencia del cáncer para transformar su vida. Este sacerdote fue sanado completamente, no sólo físicamente. Se volvió un sacerdote centrado en la Eucaristía. La Eucaristía se volvió para él, un momento de encuentro con Jesús vivo.
Otra sanación ocurrió en Sydney, Australia. Una mujer fue a un lugar, donde el padre Kevin y yo estábamos hablando. Ella se me acercó en un pasillo para pedirme que orara por ella. Estaba desesperada, porque padecía un cáncer al estómago. Tenía un tumor que le causaba una gran hinchazón. Los médicos le dijeron que no tenía caso operarla, porque el tumor se había extendido demasiado.
Yo sabía que habría una misa esa tarde, así que le dije que iba a orar por ella, pero que asistiera también a la misa y le pidiera a Jesús que la sanara. Su preocupación más grande era el miedo a la muerte. Yo le dije: "Vaya a encontrarse con Jesús en la Eucaristía. Jesús le dará la fortaleza para enfrentar cualquier cosa que se presente en su vida. Si Él ha decidido que cruce el umbral de la muerte, Él le dará la gracia de atravesar la puerta sin ese miedo terrible. Y, si ha de vivir, Él le dará la gracia de vivir"... Por la noche, cuando teníamos un encuentro con una gran multitud, vino corriendo por el pasillo, se arrojó en mis brazos y me dijo:
Hermana, sucedió, sucedió.
¿Qué sucedió?
Míreme. Vine esta mañana. Asistí a la misa como me dijo. Cuando me levanté para comulgar, me dije: En unos minutos voy a encontrarme con Jesús. Voy a recibirlo en mi corazón y le pediré que me ayude... Tan pronto como sentí la hostia en mi lengua, sentí como si algo me quemara la garganta y me llegara hasta el estómago. Miré mi estómago y la protuberancia había desaparecido.
El padre Emiliano Tardif, estando predicando en Tahití, Polinesia francesa, dice: El testimonio que más me impresionó fue el de un hombre que estaba completamente ciego de un ojo, con el otro veía muy poco, y dentro de poco tiempo tendría que operarse. Durante la misa de los enfermos, precisamente en el momento de la elevación de la hostia, vio una gran luz en la iglesia y sus ojos se abrieron. ¡Había sanado!.
Y sigue diciendo: Estando en Brazzaville, Zaire, durante la misa por los enfermos yo prediqué sobre la Eucaristía como sacramento de curación y el Señor vino a confirmar su presencia real en la hostia consagrada, curando a dos paralíticos. Una mujer de unos 35 años había sido llevada en una camilla. Ella yacía paralítica en cama desde hacía dos años y medio. El Señor la levantó después de la comunión... En ese momento, otro hombre paralítico, que había sido llevado en brazos por su familia, también se levantó y caminó solo, tranquilamente, avanzando hasta el altar. Las curaciones de todo tipo se multiplicaban. Jesús volvía a decir a su pueblo: No teman. He aquí a su Dios.
Ciertamente, Jesús está vivo y presente en la Eucaristía y puede hacer hoy los mismos milagros que hacía hace dos mil años.


texto sacado del libro:
LA EUCARISTÍA
EL TESORO MÁS GRANDE DEL MUNDO



P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

JESUS ESTÁ VIVO