27 may 2008

Los Perfumes de María



LOS PERFUMES DE MARÍA
La Virgen María (Nuestra Señora de Laus) se apareció en 1664 en Saint-Le-Laus (Francia) a Benita Rencurel, unas pastorcita de diecisiete años de edad, mientras rezaba el rosario. Se le apareció otras veces, enseñándole las letanías y pidiendo que las rezara todas las tardes en la iglesia. Un día le dijo que buscara una capilla en Laus (que significa lago). Fue a buscarla por las montañas hasta que la encontró por un maravilloso perfume que despedía el lugar. Era una capilla antigua, dedicada a María. Y allí la esperaba la Virgen. A partir de ese día, subía todos los días a encontrarse con Ella durante dos o tres horas. La Virgen, como una madre cariñosa, le fue enseñando y aconsejando como una maestra de educación humana y religiosa. Después, le pidió la construcción de un santuario allí mismo y la preparación de los peregrinos para la confesión y comunión. A partir de la Pascua de 1666, comenzaron a salir de la capilla unos fuertes y agradables perfumes que atrajeron a mucha gente y así comenzaron las peregrinaciones constantes, con las consecuentes conversiones y curaciones. En la actualidad, hay un importante santuario en el lugar. Los peregrinos se arrodillan ante el Santísimo y ungen sus dedos con el aceite de la lámpara, pues según dijo María a la vidente: El contacto con este aceite, en una actitud de fe, producirá curaciones físicas y espirituales.
La Virgen María se le siguió apareciendo a Benita a lo largo de toda su vida, durante 54 años, hasta que murió a los 71 años, en 1718, rodeada de la veneración y gratitud de todos. Era terciaria dominica y, hasta su muerte, atendió personalmente a los peregrinos. También recibió apariciones de Jesucristo, de algunos santos y de ángeles. Murió en olor de santidad en 1872. El Papa Pío IX la declaró Venerable, sierva de Dios. Actualmente, se ha retomado el proceso de beatificación y esperamos que pronto será beatificada. Está enterrada delante del altar mayor del santuario, exactamente debajo de la lámpara, de cuyo aceite se sirven los devotos para las unciones.
Pero lo más asombroso de este lugar son los maravillosos perfumes que todavía se pueden percibir después de tantos años. Es un caso único y excepcional en la historia. Francois Muizón, que ha hecho una investigación reciente sobre este fenómeno, dice: No podemos suponer que se trate de un engaño, nadie puede provocar tales perfumes en circunstancias y lugares tan diversos. No se trata de un hecho que proviene de fuentes olorosas naturales, dado que estos efluvios de buen olor se sienten en toda estación, de día y de noche, dentro y fuera del santuario. No se puede considerar tampoco que se trate de autosugestión, delirio, o histeria. Son numerosísimos los testimonios de la permanencia de estos olores a través de los siglos, en tiempos y culturas diversas.
Los perfumes de María son señales claras de su presencia viva en medio de nosotros. Ella, como madre, está siempre pendiente de nosotros sus hijos

Texto sacado del libro de:
P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.
" MARÍA
MADRE NUESTRA"

María se vuelca con los más necesitados



María se vuelca con los más necesitados
Pregunta san Bernardo: ¿Por qué la Iglesia llama a María reina de misericordia? Y responde: "Porque ella abre los caminos insondables de la misericordia de Dios a quien quiere, cuando quiere y como quiere, porque no hay pecador, por enormes que sean sus pecados, que se pierda si María lo protege".
Pero ¿podremos temer que María se desdeñe de interceder por algún pecador al verlo demasiado cargado de pecados? ¿O nos asustará, tal vez, la majestad y santidad de esta gran reina? No, dice san Gregorio; cuanto más elevada y santa es ella, tanto más es dulce y piadosa con los pecadores que quieren enmendarse y a ella acuden". Los reyes y reinas, con la majestad que ostentan, infunden terror y hacen que sus vasallos teman aparecer en su presencia. Pero dice san Bernardo: ¿Qué temor pueden tener los miserables de acercarse a esta reina de misericordia si ella no tiene nada que aterrorice ni nada de severo para quien va en su busca, sino que se manifiesta toda dulzura y cortesía? ¿Por qué ha de temer la humana fragilidad acercarse a María? En ella no hay nada de austero ni terrible. Es todo suavidad ofreciendo a todos leche y lana". María no sólo otorga dones, sino que ella misma nos ofrece a todos la leche de la misericordia para animarnos a tener suma confianza y la lana de su protección para embriagarnos contra los rayos de la divina justicia.
Narra Suetonio que el emperador Tito no acertaba a negar ninguna gracia a quien se la pedía; y aunque a veces prometía más de lo que podía otorgar, respondía a quien se lo daba a entender que el príncipe no podía despedir descontento a ninguno de los que admitía a su presencia. Así decía Tito; pero o mentía o faltaba a la promesa. Mas nuestra reina no puede mentir y puede obtener cuanto quiera para sus devotos. Tiene un corazón tan piadoso y benigno, que no puede sufrir el dejar descontento a quien le ruega. "Es tan benigna –dice Luis Blosio- que no deja que nadie se marche triste". Pero ¿cómo puedes, oh María –le pregunta san Bernardo-, negarte a socorrer a los miserables cuando eres la reina de la misericordia? ¿Y quiénes son los súbditos de la misericordia sino los miserables? Tú eres la reina de la misericordia, y yo, el más miserable pecador, soy el primero de tus vasallos. Por tanto reina sobre nosotros, oh reina de la misericordia". Tú eres la reina de la misericordia y yo el pecador más miserable de todos; por tanto, si yo soy el principal de tus súbditos, tú debes tener más cuidado de mí que de todos los demás. Ten piedad de nosotros, reina de la misericordia, y procura nuestra salvación.
Y no nos digas, Virgen santa, parece decirle Jorge de Nicomedia, que no puedes ayudarnos por culpa de la multitud de nuestros pecados, porque tienes tal poder y piedad que excede a todas las culpas imaginables. Nada resiste a tu poder, pues tu gloria el Creador la estima como propia, pues eres su madre. Y el Hijo, gozando con tu gloria, como pagándose una deuda, da cumplimiento a todas tus peticiones. Quiere decir que si bien María tiene una deuda infinita con su Hijo por haberla elegido como su madre, sin embargo, no puede negarse que también el Hijo está sumamente agradecido a esta Madre por haberle dado el ser humano; por lo cual Jesús, como por recompensar cuanto debe a María, gozando con su gloria, la honra especialmente escuchando siempre todas su plegarias.

Texto sacado del libro de :
LAS GLORIAS DE MARÍA
de San Alfonso María de Ligorio.

19 may 2008

MAYO MES DE MARÍA




DÍA 20:

María deleita con su canto a un monje
Narra Cesáreo que un monje cisterciense, muy devoto de la Madre de Dios, tenía un deseo muy grande de ver a su amada Señora, y se lo estaba pidiendo constantemente. Una noche, en el jardín, mientras contemplaba el firmamento y dirigía encendidos suspiros a su Reina por el deseo de verla, de pronto vio venir del cielo una virgen bella y nimbada de luz que le dijo: "Tomás ¿quieres oír mi canto?" "Claro que sí", le respondió. Entonces la virgen cantó con tanta dulzura que el religioso se sentía transportado al paraíso. Terminado el canto, desapareció dejándolo con grandes deseos de saber quién se le había aparecido. Y de pronto siente que se le aparece otra virgen más bella todavía que también le hizo oír su canto. No pudiendo contenerse, le preguntó quién era, y la virgen le respondió: "La que viste primero, es Catalina, y yo soy Inés; las dos mártires de Jesucristo, y hemos sido mandadas por nuestra Señora para consolarte". Y dicho esto, desapareció. Con todo esto, el religioso quedó con más esperanzas de ver finalmente a su Reina. No se equivocó, pues poco después vio un gran resplandor y que el corazón se le inundaba de no conocida alegría, y he aquí que, en medio de aquella luz, ve a la Madre de Dios circundada de ángeles, con una belleza incomparablemente superior a la de las santas anteriores. Ella le dijo: "Querido siervo e hijo mío, yo te agradezco la devoción que me tienes; y quiero hacerte oír mi canto". Y la Virgen inició una tan bella melodía que el devoto religioso perdió el sentido cayendo rostro en tierra. Tocaron a maitines, se reunieron los monjes, y no viendo a Tomás, fueron a buscarlo a la celda y otros lugares, y al fin lo encontraron en el jardín, desmayado. El abad le mandó por obediencia que declarara qué le había sucedido; y el religioso, vuelto en sí a la voz de la obediencia, contó todos los favores que le había hecho la Madre de Dios.
ORACIÓN PIDIENDO A MARÍA EL DON DE AMARLA
Reina del paraíso y Madre del santo amor,ya que eres la criatura más amable,la más amada de Dios, y quien más le ha amado,acepta que te ame también un pecador,el más ingrato y desdichado del mundo.
Viéndome, gracias a ti, libre del infierno,y tan favorecido por ti sin merecerlo,me he prendado de tu bondad,y en ti he puesto toda mi esperanza.
Señora mía, te amo, y quisiera amarte,más de lo que te han amadolos santos de ti más enamorados.Quisiera, si en mí estuviese,hacer conocer a todos los que te ignoran,cuán digna eres de ser amada,para que todos te amasen y venerasen.
Quisiera morir por tu amor,por defender tu virginidad,tu dignidad de Madre de Dios, tu Inmaculada Concepción,si por defender estos privilegios,fuera preciso dar la vida.
Amada Madre mía, recibe mis afectos,y no permitas que un siervo que te ama,vaya a ser enemigo del Dios que tanto quieres.Así fui yo que ofendí a mi Señor.Pero entonces, María, no te amaba,y poco me importaba ser amado de ti.
Pero ahora, nada deseo tanto,después de la gracia de Dios,que amarte y ser por ti amado.Sé, mi Señora, la más agradecida y benigna,que no desdeñas amar a quien te ama,a la vez que no te dejas ganar en el amor.
Quiero amarte en el paraíso.Allí, a tu lado, conoceré de veras,cuán amable eres,y cuánto has hecho por salvarme;por eso te amaré con más fervor,y mi amor será eterno,sin temor de dejar nunca de quererte.
María, yo confío salvarme por tu medio.Ruega a Jesús por mí.Yo nada más anhelo,tú eres mi esperanza.Por eso te cantaré siempre:"María, esperanza mía,tú me tienes que salvar".
Rezar tres Avemarías.

MAYO ES EL MES DE MARÍA





Este es el mes de María



DÍA 19:


Detalles de bondad de María hacia un perfecto devoto suyo
El B. Joaquín Picolomini, muy devoto de María, desde su infancia, visitaba hasta tres veces al día una imagen de la Virgen de los Dolores que se veneraba en una iglesia, y los sábados ayunaba para mejor honrarla. A media noche se levantaba para meditar en sus dolores. Y María Santísima le recompensó estos obsequios. En su juventud le dijo que entrara en la Orden de los Servitas, lo que, sin demora, ejecutó el Beato. Al final de su vida, se le apareció también la Virgen María trayéndole dos coronas: una de rubíes, en premio de la compasión que había tenido de sus dolores, y otra de perlas, como premio a la virginidad que le había consagrado. Poco antes de morir, se le volvió a aparecer, y el enfermo le pidió la gracia de morir el mismo día en que murió Jesucristo. La Virgen Santísima le consoló diciendo: "Pues bien, prepárate, porque mañana, viernes, morirás de repente, como deseas, y estarás conmigo en el paraíso". En efecto, así sucedió. Mientras en la iglesia cantaban la Pasión de Cristo según san Juan, al decir las palabras "Estaba junto a la cruz de Jesús su Madre", el paciente entró en agonía, y al decir: "E inclinando la cabeza entregó su espíritu", el bien aventurado entregó también su alma al Señor, a la vez que el templo se iluminaba con misterioso resplandor, y un suave y desconocido aroma se esparcía en el ambiente.
ORACIÓN DE AMOR HACIA MARÍA
¡Reina del cielo y de la tierra!¡Madre del soberano Señor del Universo!¡Criatura la más sublime, excelsa y amable!Es verdad que muchos ni te conocen ni te aman;pero miríadas de ángeles y santos en el cielo te aman y no cesan de cantar tus alabanzas;y aun en la tierra ¡cuántos felizmente se consumen en tu amor,y andan de tu bondad enamorados!
¡Ojalá te amara yo también, mi amable Señora!¡Quién me diera el pensar siempre en ti servirte, alabarte y honrarte,y trabajar para que de todos fueras honrada y amada!Has llegado a enamorar a Dios,y con tu belleza, por decirlo así,lo has atraído del seno del eterno Padre,y lo has hecho venir a la tierra para hacerse hombre e Hijo tuyo.
Y yo, pobre gusanillo, ¿viviré sin amarte?También yo te quiero amar de verdad,y hacer cuanto pueda por verte amada por todos.Ya ves, Señora, el deseo que tengo de amarte;ayúdame para cumplirlo.Sé que a tus amantes,tu Dios los mira complacido;Él, después de su gloria, nada desea más que la tuya,verte honrada y amada por todos.
Toda mi dicha la espero de ti, Señora,tú me has de obtener el perdón de todos mis pecados;tú, la perseverancia;tú me has de asistir en la hora de la muerte;tú me has de librar del purgatorio;tú, en fin, me has de conducir al paraíso.
Todo esto han esperado de ti los que te aman,y ninguno se ha visto defraudado.Lo mismo espero yo,ya que te amo con todo el corazón,y sobre todas las cosas, después de Dios.
Rezar tres Avemarías.

3 may 2008

CONSAGRACIÓN A Los Sagrados Corazones de JESUS Y MARÍA


PROMESAS A LOS QUE SE CONSAGREN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS Y AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a las familias que lo honren
Les daré todas las gracias necesarias a su estado de vida.
Pondré la paz en sus familias.
Bendeciré todas las casas en las que sea expuesto y honrado el cuadro de Mi Corazón.
Los consolaré en todas sus aflicciones.
Seré su amparo durante la vida y especialmente en la hora de la muerte.
Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
Los pecadores encontrarán en Mi Corazón una fuente y océano sin límites de misericordia.
Las almas tibias se volverán fervorosas.
Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a una gran perfección.
Daré a los sacerdotes el poder de conmover a los corazones más endurecidos.
Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón para no ser borrados nunca de El.
Les prometo, en la excesiva misericordia de Mi Corazón, que Mi amor todopoderoso dará a todos los que comulguen en los Primeros Viernes de Nueve Meses Consecutivos, la gracia de la penitencia final; ellos no morirán en Mi desgracia ni sin los sacramentos: Mi Divino Corazón será su refugio seguro en sus últimos momentos.






FATIMA Y EL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA
Nuestra Señora se apareció a tres niños pastores en Fátima, Portugal, durante seis meses consecutivos desde mayo a octubre de 1917. El día señalado fue el 13 de cada mes. Nosotros enfocaremos aquí una parte de las apariciones y el diálogo entre Lucía, quien habló con Nuestra Señora, mientras que los otros dos niños observaban y escuchaban. Tomamos estos pasajes de las Memorias de la Hermana Lucía que documentan estos hechos, porque ilustran sobre la importancia de la devoción al Inmaculado Corazón de María.


“Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos en cada momento me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos, haz por consolarme y dí que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen el rosario y me acompañen 15 minutos meditando sus misterios con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación."





Mensajes dados por la Virgen al P. Gobbi del Movimiento Sacerdotal Mariano:
13 de mayo de 1976
Aniversario de la primera Aparición en Fátima
Consagraos a mi Corazón Inmaculado.
“Hoy, hijos míos predilectos, recordad mi venida aquí a la tierra, en la pobre Cova de Iria, en Fátima. Bajé del Cielo para pediros la Consagración a mi Corazón Inmaculado.
Por medio de vosotros, Sacerdotes de mi Movimiento, cuanto os pedí entonces se está ahora realizando. Vosotros os consagráis a mi Corazón Inmaculado y conducís las almas a vosotros encomendadas a esta consagración querida por Mí misma.
Desde aquel día ha pasado mucho tiempo: ya son cincuenta y nueve años.
Aconteció también la segunda guerra mundial, predicha por Mí como castigo permitido por Dios para una Humanidad que no se ha arrepentido, por desgracia.
Ahora estáis viviendo los momentos en que el Dragón rojo, a saber, el ateísmo marxista, se ha propagado por todo el mundo y hace estragos cada vez mayores entre las almas.
Logra verdaderamente seducir y precipitar un tercio de las estrellas del cielo.
Estas estrellas, en el firmamento de la Iglesia, son los Pastores: sois vosotros, pobres hijos míos Sacerdotes.
¿Acaso no os ha confirmado también el Vicario de mi Hijo que hoy son los amigos más queridos, incluso sus mismos comensales, los Sacerdotes y Religiosos, los que traicionan y se ponen contra la Iglesia?
Ésta es, pues, la hora de recurrir al gran remedio, que el Padre os ofrece, para resistir a las seducciones del Maligno y para oponeros a la verdadera apostasía que cada vez se extiende más entre mis pobres hijos.
¡Consagraos a mi Corazón Inmaculado!
A quien se consagra a mi Corazón Inmaculado, vuelvo a prometerle la Salvación: la salvación del error en este mundo y la salvación eterna.
La obtendréis por mi especial intervención de Madre. Así impediré que podáis caer en las seducciones de Satanás. Seréis protegidos y defendidos por Mí misma; seréis consolados y robustecidos por Mí.
Ésta es la hora en que todo Sacerdote, que quiera mantenerse fiel, debe atender mi llamada.
Cada uno se consagre a mi Corazón Inmaculado: y por medio de vosotros, Sacerdotes, muchos hijos míos harán esta Consagración.
Es como una vacuna que, a título de buena Madre, os doy para preservaros de la epidemia del ateísmo que contamina a tantos hijos míos y los conduce a la verdadera muerte del espíritu.
Éstos son los tiempos predichos por Mí misma; ésta es la hora de la purificación (...).”



JESUS ESTÁ VIVO